La personalidad de Aries

Si se considera que Aries representa los siete primeros años de la vida, su personalidad puede compararse con la de un organismo humano que necesita ser nutrido para sobrevivir, pero que pronto sufre una serie de transformaciones que lo ayudan a comprender su entorno.

Este nuevo ser también comienza a hacer sentir su influencia en su ambiente mediante el lenguaje, la percepción, la socialización y otras habilidades inherentes al proceso de supervivencia.

Como los niños pequeños, los Aries tienden a ser espontáneos, francos y abiertos, pero también egocéntricos y obstinados. Dado que aún son inocentes, contemplan el mundo atónitos y maravillados. La necesidad de destacar y brillar en tan fuerte en ellos como su deseo de investigar.

En términos generales, los Aries no buscan la aprobación de los demás para estimular su vanidad, sino que demandan que se les preste atención porque conocen el valor de lo que son capaces de ofrecer al mundo. Huyen de la inseguridad como de la peste, pero a menos que aprendan el valor de la introspección, corren el riesgo de sufrir depresiones cuando vean socavada la gran confianza que tienen en sí mismos.

Los Aries necesitan explorar sus límites físicos, al igual que los niños, a fin de desarrollarse adecuadamente. Tienden a preferir la acción a la contemplación; para ellos, la mejor manera de manejar una situación no es rumiarla durante un tiempo, sino hacer algo al respecto de inmediato.

Los Aries pueden sufrir mucho cuando se ven obligados a postergar sus proyectos o éstos se desbaratan. Por eso les conviene tomar distancia periódicamente con el fin de estudiar los problemas con mayor objetividad.

Los Aries desean mandar, y aquellos que no tienen las dotes necesarias para hacerlo se sentirán frustrados y hasta podrían caer en la autocompasión. Los mejores representantes de este signo son emprendedores, originales e idealistas, pero los peores son seres egoístas e insensibles que sólo buscan la novedad.

Signo Aries