Personalidad del Tigre

En China, el Tigre representa el poder, la pasión y el valor, y se le reverencia como el guardián de los tres peligros más importantes que pueden acechar al hogar: el fuego, los ladrones y los fantasmas.
Los tigres son impulsivos, enérgicos, vivos y dinámicos. Temerarios e inquietos, son ávidos de acción y les encanta ser el centro de las atenciones. Aunque irascibles y pese a que no disimulan lo que sienten, son también afectuosos y generosos, y poseen un magnífico sentido del humor. Sin embargo, pueden tener un temperamento suspicaz, como consecuencia del cual es posible que tiendan a la indecisión, al igual que un cauteloso gato al acecho, o a la acción impulsiva y precipitada. Esas dos contradicciones aparentes constituyen los principales puntos flacos en la vida del Tigre.
Al igual que sus amigos los perros, los tigres son auténticos humanistas. Aman a los niños, al arte, la música, la buena comida, la conversación y todo aquello que les estimule los sentidos o la imaginación. Su energía, curiosidad y entusiasmo parecen no tener límites. Poseen un considerable amor propio, que, si resulta herido, hace que toda la fama y el éxito del mundo no signifiquen nada para ellos. Pueden pasar por alto muchas cosas y ponerse furiosos por un pequeño desaire. Cuando se les para los pies o se los vence, se transforman en unos tiranos rugientes, unos déspotas de lo más desagradable y mezquino, capaces de cualquier extremo —hasta de quemar la propia casa— para vengarse. Acechan la presa de modo incesante, pues ni el infierno es capaz de tanta furia como un tigre despreciado. Cuando se ponen celosos, pueden comportarse de forma muy posesiva y discutir por todo.
Como son rebeldes y aventureros, pero en absoluto materialistas o preocupados por la propia seguridad, todos los tigres necesitan, durante una fase de sus vidas, exteriorizar sus impulsos, expresarse y encontrarse a sí mismos, sea cruzando el desierto o el océano, o llevando una vida bohemia en París, Nueva York o Tánger. Durante la juventud, buscan con apasionamiento realizar sus sueños. De naturaleza romántica, necesitan vivir la vida a tope. En el mejor de los casos, son generosos, cálidos y compasivos. En el peor, son egoístas, implacables, obstinados y poco razonables.
Cuando se deprimen, los tigres necesitan muchísima comprensión y atención. No te eches atrás. Las necesitan de veras y lo agradecen en extremo, y te sorprenderás de lo rápido que se recobran para seguir tan intrépidos el camino elegido, sin hacer caso de los consejos en contra que les puedas haber dado.
La mujer del signo del Tigre puede ser un felino elegante e impecable y una anf itriona encantadora y animada, pero recuerda que es un Tigre, y, si se la provoca o se le lleva la contraria, tiene las garras listas para usar, aunque no las muestre. Pese a ser una aventurera, es una madre magnífica y devota. Cuidadosa, protectora y amorosa, está encantada con su prole, y ésta con ella. Su sonrisa luminosa y su naturaleza cálida y generosa atrapa a los hijos. Ella disfruta entreteniéndolos, mimándolos y educándolos. Aunque parezca que los estropea, eso raramente ocurre. Ella se asegura de que aprendan las lecciones y sigan las reglas.
El nativo del Perro, leal y sensato, forma una excelente pareja con el nacido bajo el signo del Tigre, pues aprecia su espíritu aventurero y generoso y es capaz de aconsejar y controlar al Tigre en asuntos prácticos. El nativo del Caballo hace igualmente una buena pareja, pues comparte el ansia de vida y el amor a la acción del Tigre, mientras que el honrado y optimista nativo del Jabalí le lleva seguridad y estabilidad al Tigre, que de otra forma tiene tendencia a ser voluble. Los nacidos bajo el signo de la Rata, la Oveja, el Gallo u otro Tigre también formarán buenas parejas con los del Tigre.
Entre todos los signos animales, los tigres deberían evitar el del Mono. Ese embaucador de la leyenda china, escurridizo y perspicaz, no puede estarse sin provocar y hacer rabiar al Tigre, y hasta incluso disfrutará haciéndolo. El perteneciente al signo del Tigre no podrá competir con la astucia del Mono, y sufrirá como consecuencia de ésta. La unión con los del signo de la Serpiente tampoco es aconsejable. Los dos signos son igual de suspicaces pero, mientras que el Tigre es tempestuoso y directo, la Serpiente es callada y certera. Los tigres también pueden tener ásperos enfrentamientos con los pertenecientes al signo del Buey, testarudo, autoritario y poseedor de unos cuernos capaces de herirlos con gravedad.
Los niños nacidos bajo el signo del Tigre son habladores, inquisitivos y llenos de energía, pudiendo ser a un tiempo criaturas amorosas y afectuosas y unos diablillos tan imparables como incontrolables. Aunque brillantes, encantadores y seguros, su ansiedad y curiosidad pueden causarles problemas que, en ocasiones, obligarán a acudir en su auxilio. Pero no te preocupes, sobrevivirán. Lo que pasa es que tienen que descubrir las cosas por sí mismos. Expresan las emociones alto y claro, así que siempre sabrás cómo se sienten. Pueden dominar a los compañeros menos agresivos, pero son también cálidos, afectuosos, generosos y muy gregarios. Hay que enseñarles a controlarse ante las primeras señales de una rabieta, pero los niños nativos del Tigre, con las dosis adecuadas de disciplina, amor, atención y comprensión, aunque a veces te lleven a la desesperación, son una fuente constante de satisfacción plena y duradera.

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