Fuego

Fuego es el elemento combustible, y como tal tiene muchas asociaciones y significados. Técnicamente hablando, el fuego es una reacción química continuada que emite calor y luz. Esa reacción oxidante y exotérmica puede producir una enorme cantidad de energía. El sol es la principal fuente de esa energía ardiente y radiante, y de la misma manera que la humanidad ha venerado al sol, ha considerado el fuego como un sustentador de vida regalado por los dioses. Sin embargo, la capacidad de liberar la energía del átomo mediante la fisión y la fusión nuclear demuestra con claridad meridiana el inmenso beneficio y el daño potencial que implica la explotación de las fuerzas de la naturaleza.
Al igual que con los otros elementos, los diversos significados de fuego ilustran sus asociaciones positivas y negativas. Fuego puede referirse a sentimientos intensos, y a la manifestación de los mismos, o a un incendio. Hacer fuego puede significar encender materiales inflamables o disparar un arma, mientras que jugar con fuego indica la posibilidad de afrontar consecuencias perjudiciales y echar leña al fuego implica excitar una riña.
Como uno de los cuatro elementos, el fuego tiene muchas de las asociaciones mencionadas. Aunque es el único que la mayoría de los seres humanos prácticamente crea todos los días, es muy inestable y hay que controlarlo con mucho cuidado para utilizarlo con el máximo provecho. Aunque para el hombre es mágico y magnético, la mayoría de los fuegos se asemejan, y sólo difieren en su intensidad y grado, o en la forma en que los alimenta su fuente. El fuego reacciona explosivamente con el aire y, de hecho, en la mayoría de los casos no puede existir sin él. La tierra y el agua son contrarios e incompatibles con el fuego, ya que ninguno es capaz de alimentarlo y ambos pueden extinguirlo.

SIGNOS

Los símbolos de fuego —el Carnero, el León, el Arquero— son dinámicos por naturaleza e irresistiblemente movedizos. Pero cada uno de ellos resalta distintos aspectos según su cualidad, regente, etcétera.
Aries, el signo cardinal, representa el fuego en su forma más pura y básica. Regido por Marte, Aries es obstinado e impulsivo, y se interesa por todo lo que implique acción, excitación, éxito y liderazgo. Aries es un tanto infantil y disfruta siendo el centro de atracción. Por ser impaciente, quiere que las cosas se hagan al momento, y por ser insistente, no admite que le nieguen algo. El obstinado Carnero hace las cosas cuando quiere y como quiere; su naturaleza es impetuosa y apasionada.
Leo, el signo fijo, representa la persistente brillantez del Sol, que lo rige. Si Aries es el fuego descontrolado, Leo es el fuego controlado. Leo sugiere afecto y creatividad, y detesta la mezquindad; es el gesto de grandeza, el porte noble que ejemplariza su naturaleza leonina. La perseverancia, la confianza, el coraje y la fortaleza caracterizan al León.
Aunque a Sagitario, el signo mutable, suele representárselo como el Arquero que lanza sus flechas hacia su presa, en realidad también las lanza hacia los objetivos filosóficos más altos. Una de las características de este signo es el amor a los animales, pese al simbolismo del cazador; de hecho, Sagitario es un centauro, mitad hombre, mitad caballo. Sagitario es capaz de cambiar, y también de tener un comportamiento errático. Por ser sumamente idealista, valora el honor por sobre todo. Dada su orientación ética, la energía de este signo debe ponerse al servicio de obras nobles y de gran alcance.

LA PERSONALIDAD

Los individuos de los signos de Fuego suelen abordar el mundo mediante la intuición. Los presentimientos, las empresas arriesgadas y los viajes guiados por el olfato, más que por un mapa, son características de esta personalidad apasionada y a veces inestable. No hace falta decirles cuándo deben actuar: lo saben. Es muy frecuente que se dejen guiar por un sexto sentido que rara vez les falla, a menos que ellos mismos lo pongan en duda. Por tanto, las cosas suelen irles mejor cuando siguen su primer impulso que cuando las piensan demasiado. Las preocupaciones pueden ser particularmente destructivas para su visión optimista, y socavar el alto grado de confianza que tienen en sí mismos.
Los individuos de estos signos tienen un hondo sentido de sí mismos. A pesar de que suele considerárselos egoístas, no lo son; son egocéntricos, pero no particularmente inmoderados. Como se mueven con demasiada rapidez, no tienen tiempo de mimarse; además, no suele gustarles cuando otros manifiestan abiertamente su posesividad o intimidad. Son más sexuales que sensuales y, como los de los signos de Aire, más apasionados que sensuales. En general disfrutan de los deportes competitivos y de las actividades físicas estimulantes.
Dada su naturaleza impulsiva, son proclives a los accidentes, y la impetuosidad también suele ir acompañada del temperamento intempestivo. Aunque estos individuos aparentan ser muy imprede-cibles, si es necesario pueden dedicarse a un trabajo muy riguroso y a cumplir un horario durante muchos años. Como miembros de la familia pueden ser extremadamente leales y fervientes, pero si las cosas no marchan bien, suelen hacerles frente con sinceridad.