Hemos visto que la Primera Casa establece y define nuestro sentido del Yo: nuestro ego en su contacto minuto a minuto con el entorno. La Segunda Casa desarrolla nuestra individualidad, dándole más forma, sustancia y apoyo.
Esta Casa debería considerarse como nuestro banco, pues contiene nuestros bienes materiales y nuestras actitudes hacia nuestras posesiones. En el nivel más básico, físico, ésta es la Casa de nuestro dinero, nuestras riquezas personales y nuestras posesiones.
Nos habla de nuestra actitud hacia el dinero: cómo lo adquirimos, cómo lo gastamos e incluso cuánto de esta valiosa sustancia es probable que tengamos en nuestra vida. Mediante un cuidadoso análisis de la Segunda Casa, un astrólogo puede ver tu capacidad para ganarlo y para gastarlo, y percibir tu forma de manejar tus responsabilidades económicas.
Este domicilio económico también revela muchas cosas acerca de nuestra propia valía personal, la autoestima y nuestro sentido de los valores personales. Lo que ganamos en la vida y el modo en que nos relacionamos con todo lo que es material, tiene mucho que ver con el signo en la cúspide de esta Casa y con cualquier planeta que esté ubicado dentro de ella.
Planeta y signo, cuando se aplican a la naturaleza de la Segunda Casa, nos muestran cómo podemos desarrollar nuestro sentido de valía personal para mejorar nuestra relación con el dinero (y con nuestra naturaleza del deseo en general). Estos dos factores también revelarán qué es lo que podría estar inhihiendo o impidiendo nuestro crecimiento material y nuestra prosperidad.