Leo en la Casa VIII

Leo como la necesidad de transformar la tendencia al egocentrismo. El crecimiento evolutivo humano tiene como consecuencia una apertura del corazón, una mayor conciencia de los demás y una forma de pensar inclusiva. Leo en la cúspide de la Octava Casa refuerza las pasiones personales.
Cuando el deseo es estimulado por el fuego del Sol (el planeta regente de Leo), uno no tiende a ver a los demás objetivamente y esto hace que resulte más difícil estar verdaderamente centrado en el corazón y ser útil.
Como consecuencia, esta combinación signo/cúspide trae lecciones en la transformación del ser inferior. A través de la experiencia de un corazón roto, puede entrar más amor en nuestra vida.
Cuando ha madurado, Leo en la Octava es una fuente de enorme potencial creativo, aplicado a los recursos de otras personas.
Leo en esta cúspide puede estimular la creatividad y aumentar la riqueza inherente a uno mismo y a los demás tanto a nivel material como psicológico.
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