La entrada de Plutón en la Primera Casa altera radicalmente tu visión de la vida y puede, incluso, transformar tu sentimiento de ti mismo/a, de tu propia identidad. Las facetas ocultas de tu personalidad emergen a la luz, y tienes que enfrentarte con aspectos de tu naturaleza que todavía no has reconocido de todo. Es probable que los contenidos inconscientes irrumpan en tu conciencia y que la erupción de impulsos de cólera, de sexualidad o de poder antes no reconocidos pongan a prueba tu imagen de ti misma. Este tránsito sobre el Ascendente obra como un arado que desentierra lo que en ti ha sido «clandestino», y desintegra los complejos y las pautas de comportamiento rígidas de épocas anteriores. Es un tiempo de descubrimiento, de limpieza y renovación, un período fértil para cualquier forma de autoexploración o de evolución personal.
Cuando Plutón cruza el Ascendente, forma simultáneamente una oposición con el Descendente, la cúspide de la Séptima Casa, la esfera de las relaciones personales. Por consiguiente, es probable que durante este período tus relaciones personales se conviertan en catalizadores o agentes de transformación, de crecimiento y de cambio. Si tienes una relación de pareja, Plutón pondrá a prueba la autenticidad y la profundidad de esa relación, y mostrará los puntos en que existe la insatisfacción o el desequilibrio emocional. Si es posible afrontar y resolver las dificultades, que en parte estarán relacionados con la imagen de ti mismo, simbolizada por el Ascendente, la relación terminará ganando en solidez. De nada sirve eludir los problemas que se plantean en este ámbito, porque las frustraciones seguirán bullendo bajo la aparente calma de la superficie, hasta que encuentren alguna manera de socavar la relación.
Aunque en algunos casos Plutón puede exigir la ruptura total y la eliminación de la unión existente, esto no es una ley absoluta. Este tránsito también puede indicar que la relación ha de pasar por una serie de pequeños muertes y renacimientos para terminar finalmente fortalecida.
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