Si se considera que Cáncer representa el cuarto período de la vida, comprendido entre los 21 y 28 años, la personalidad de los nativos de este signo podría equipararse con la necesidad del adulto joven de establecerse en un hogar y una profesión y quizá de crear su propia familia.
Aunque Cáncer es protector y sabe esperar, no hay que caer en el error de pensar que los nativos de Cáncer son individuos pasivos. Cuando se empeñan en conseguir algo, pueden conducirse con agresividad, aunque con frecuencia prefieren no hacer demandas y esperan que los demás comprendan sus necesidades, sensibilidad y humor variable.
Para los nativos de este signo el deseo de establecer vínculos estrechos con otras personas prevalece sobre la razón y la lógica. Al igual que los adultos jóvenes, conceden especial importancia a la amistad y en consecuencia sienten una imperiosa necesidad de confiar y compartir. De hecho, a los nativos de Cáncer les resulta difícil trabajar con otros cuando no existe un entendimiento mutuo.
Los nativos de este signo suelen ser personas excepcionales, muy conscientes de lo que los diferencia de los demás. Su facilidad para la expresión no verbal se refleja en la decoración del hogar, donde ponen especial énfasis en la cocina y el dormitorio. Las actividades como comer, dormir, mantener relaciones sexuales e intercambiar muestras de afecto deben ser íntimas, regulares y gratas para que los Cáncer consideren satisfechas sus exageradas demandas de apoyo psicológico. Cuando se ven privados de estas gratificaciones, los nativos de este signo se vuelven ansiosos e irritables.
Una velada tranquila con los amigos puede ser una experiencia extática. Sin embargo, muchos Cáncer tienen tienen facetas insólitas de personalidad que periódicamente manifiestan en público. En términos generales, la aprobación de los demás no es tan importante para ellos como la posibilidad de expresarse y desahogarse. Los Cáncer pueden ser muy persuasivos en la intimidad, donde practican su particular clase de magia.
