Azurita

La azurita es un material cuya composición es un carbonato básico de cobre muy inestable, de color azul, y de ahí su nombre. Con el tiempo suele irse transformando en otro material de color verde llamado malaquita. Es frecuente hallarlas asociadas en ejemplares denominados azurmalaquitas. De hecho es difícil hallarlas sin su producto de alteración (malaquita). La azurita origina efervescencia en contacto con los ácidos y si se la somete al calor de la llama, su contenido en cobre hará que se vuelva completamente azul. No precisa demasiados ensayos para su identificación, pues su color es muy típico. Es fácil de hallar a bajo precio en el mercado.
En el lapidario alfonsino aparece en el grado 19 de Escorpio y dice así:
Es la piedra a la que dicen «eminez» que quiere decir en caldeo llorador, porque el que la lleva consigo tiene deseos de llorar y estar triste, por lo que la aborrecen los que la conocen.
La relacionan con dos estrellas, una que está en el nodo primero y la otra en el segundo, del cuerpo de la figura del Escorpión. Se trata de la épsilon y la nú de Escorpio, situadas cerca del grado 15 de Sagitario.

Propiedades astrológicas de la azurita

En la azurita se combinan de manera inestable las vibraciones del cuarto, sexto y séptimo rayo, es decir, Venus, Júpiter y Saturno. Es pues una gema con vibraciones desestabilizadoras. Su utilización debe quedar limitada a cuestiones astrológicas y su uso no debe ser continuado. Pueden utilizarse sus propiedades desestabilizadoras durante el mes de diciembre. Es muy útil para deshacer relaciones afectivas o romances poco convenientes, bajo ciertos puntos de vista siempre subjetivos, como las relaciones de personas muy jóvenes con otras de demasiada edad. Esta gema no suele usarse de manera voluntaria y puede considerarse como de efectos «negros».

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