Engaste y colocación de las gemas (1)

Colocación de las gemas

La colocación de las gemas debe ser planificada como si se tratara de minipantallas solares conectadas al cuerpo. Las gemas deben estar expuestas a la luz natural. Las gemas engastadas, con fines no ornamentales, son talismanes que necesitan la misma luz que las plantas o el resto de los seres vivos.
Existe una diferencia básica entre un talismán y un amuleto. El amuleto actúa como «muleta» psíquica y puede ser cualquier objeto orgánico, mineral, estimaciones, gravados, dibujos y toda un amplia gama de elementos, y que se utilizan como los escapularios que cuelgan en el pecho o se llevan ocultos en los lugares más recónditos; mientras que un talismán es un objeto de conexión con las fuerzas cósmicas y debe de utilizarse expuesto al exterior, sin ocultamiento, permitiendo la mejor circulación de luz posible.
No es necesario que la gema esté en contacto directo con la piel, basta con que se sitúe dentro de la burbuja personal; sólo es imprescindible que reciba luz natural. Por ello es importante que el engaste de las gemas no mengüe su potencial de absorber y reflejar la luz. Si se engarzan en anillos o sortijas, en broches, etc., es conveniente que quede vacío el espacio interior de la gema. Los buenos joyeros conocen a la perfección estas técnicas y las suelen emplear habitualmente.
Una vez engastadas las gemas, pueden colocarse en diferentes partes del cuerpo, dependiendo de las intenciones para las que se usen. Se pueden colocar sobre la cabeza, en los lóbulos de las orejas, colgando del cuello, en los brazos y muñecas y en las manos. Repasaremos a continuación los diferentes engastes que se pueden realizar y la variedad de formas y maneras de usar la gema como si se tratara de un objeto ornamental.

Las gemas en la cabeza

En primer lugar las gemas se pueden colocar en la cabeza que es la parte más alta del cuerpo y donde se recibe mayor grado de luminosidad. Es la mejor zona para aprovechar los efectos luminosos de las gemas, pero este lugar está reservado a las altas dignidades. Los antiguos persas engastaban las gemas en pinjantes que colocaban sobre una especie de toca alta y apuntada, de ahí viene la imagen típica del gorro lleno de estrellas de los magos o astrólogos persas. Hoy en día se siguen utilizando en este tipo de gorro que se conoce con el nombre de mitra, que es una especie de sombrero apuntado que llevan los prelados católicos y ortodoxos como símbolo de dignidad de arzobispo u obispo y se lo colocan en la cabeza durante las grandes solemnidades o ceremonias religiosas.

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