Engaste y colocación de las gemas

Para utilizar las gemas es necesario algún artificio o artilugio. El sistema más elemental consiste en horadar la piedra y pasarle un hilo por el interior, de esta manera se pueden confeccionar collarines, rosarios y pulseras a modo de cuentas de abalorio. El ser humano lo ha hecho así desde tiempos primitivos y todavía hoy se siguen haciendo y vendiéndose numerosas gemas por «hilos», aunque este método es muy primitivo y desde que existen joyeros se ha mejorado mucho la manera de utilizar las gemas.

Engaste de las gemas

Las gemas para usarlas adecuadamente deben de ir engastada en algún metal, preferentemente oro. Se pueden utilizar con discreción procurando que se integren en la personalidad de quien la lleva sin que resulte excesivamente llamativo. Para ello, existen toda una serie de formas como más adelante detallaremos.
Desde antiguo se considera al oro, representante del Sol, como el mejor conductor de todos los metales y el más afín a cualquier tipo de energía planetaria. Toda la luz de los planetas proviene del Sol. Por otro lado, las gemas engastadas en oro forman lo que se denomina una joya, y se relacionan con Júpiter; la palabra joya viene de la raíz «gozo», «júbilo». Una joya es un elemento de júbilo y debe de ser un elemento precioso en todo el sentido de la palabra.
Si nos ceñimos a la tradición a la que pertenecemos, en éxodo 20 se dice: Todas las gemas estarán montadas en oro. Este consejo se repite en todas las tradiciones posteriores, hasta que aparece el arte talismánico, donde se realizan aleaciones complicadas que tienen correspondencias planetarias con las gemas que se van a engastar; pero este sistema resulta muy sofisticado y difícil de llevar a la práctica y se sale del ámbito de este trabajo. Para más datos se pueden informar en la Archidoxis mágica, escrita por Paracelso, donde se describen todo tipo de aleaciones talismánicas.
Siguiendo los consejos tradicionales es conveniente engastar las gemas en oro. Se pueden encargar piezas como pendientes, anillos, botones, alfileres, o pinjantes, que son adornos que cuelgan sujetos a un punto de agarre, que no resultan nada caros y están al alcance de cualquiera.

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