La espinela forma una serie de gemas que pueden adoptar muy diversos colores: rojo carmín, rojo rosáceo, rojo pardo o amarillento, azul pálido y también oscuro, azul violáceo, púrpura y malva. Rarísima vez aparece incolora. También son muy raras las espinelas naturales verdes y cuando esto ocurre su tonalidad es oscura y poco atractiva, pudiendo parecer incluso negras. Químicamente se trata de un compuesto de óxido de aluminio y magnesio que cristaliza en forma de octaedros y con frecuencia se presenta en forma de cantos rodados. El origen de su nombre no queda claro. Tal vez se deba a un vocablo griego que podríamos traducir por «chispa»» y que podría aludir a su color intenso. En la actualidad no se halla muy valorado económicamente y es probable que se deba a la competencia comercial del rubí y del zafiro, mucho más prestigiados y a los cuales les une la similitud de los colores. En este primer apartado conoceremos la espinela roja.
En el lapidario alfonsino aparece en el grado 13 de Tauro y dice así:
Es la piedra que dicen «nerizech», y otros hay que dicen «nbelmuzn». Su color es bermejo de muy débil bermejura.. Los orífices usan mucho de esta piedra para hacer de ella sartales o ponerla en sortijas, y dicen los sabios que quien la trae consigo nunca puede morir en agua.
La relacionan con la estrella del ojo meridional de la imagen del Tauro, Aldebaran, cercana al grado 10 de Géminis.
Propiedades astrológicas de la espinela roja
La espinela tiene una combinación armónica y evolutiva del primer, quinto y sexto Rayo, en sintonía con el Sol, Marte y Júpiter con un toque uraniano. Su uso prolongado provoca cambios evolutivos, incita a la búsqueda de nuevas metas, de nuevos valores, elimina las barreras ideológicas y los prejuicios. Es muy útil para las personas que sientan xenofobia o rechazo a las personas con quienes debe convivir por vecindad. Elimina los complejos de inferioridad y permite manifestarse con dignidad y buen juicio. En otro sentido mejora la economía e incrementa el bienestar.
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