Imagen astrológica del ser humano

Esta imagen del hombre dentro de un huevo, de una esfera, de un círculo o de una burbuja, no es ninguna novedad, pues se conoce desde tiempos muy antiguos y representa al ser humano como un «microcosmos» una repetición invertida del cosmos. (Según los últimos descubrimientos astrofísicos, las galaxias del universo se agrupan es una estructura super gigantesca que recuerda un capullo de seda.) Cumpliéndose de nuevo el postulado hermético, de Lo que está arriba como lo que está abajo.
Aceptando esta hipótesis, podemos ver al ser humano, no sólo como un conglomerado orgánico, sino además como un cúmulo de energías ligado al resto del cosmos.
• En medicina se estudia al ser humano como un organismo material diferenciable y seccionable en sistemas o aparatos como: el sistema circulatorio, el nervioso, el aparato digestivo, el respiratorio, etc. Todos ellos se hallan imbricados entre sí formando la totalidad del organismo material. Pero aparece un vacío cuando se habla del aparato psíquico —a pesar de definirlo como una superestructura situada «sobre» el organismo biológico.
• En astrología centramos el estudio del ser humano como un campo de energía relacionado con los cuerpos celestes y asociamos, este cuerpo energético, a la estructura anímica y, de acuerdo con Jung, consideramos al ser humano como una totalidad interdependiente, de tal manera que se puede incidir sobre la parte anímica o energética a través de lo orgánico y viceversa. Este cuerpo energético, invisible al ojo humano (pero probablemente fotografiable haciendo uso de la cámara Kirlian) estaría en relación al sistema nervioso como éste lo está respecto al resto del organismo, de tal manera que cualquier influencia externa sobre el cuerpo energético, se dejaría sentir sobre el sistema nervioso y a su vez este lo transmitiría al resto del organismo.
Las influencias de los ciclos celestes originan patrones de conducta de la más diversa índole; estos patrones de conducta tienden a provocar finalmente variaciones substanciales en el plano físico. Desde el cielo se emite un ritmo o una melodía particular para cada individuo, un ritmo de luces y de fuerzas gravitacionales que influyen sobre el modelo de comportamiento individual. Al igual que existen lugares de temperaturas altas y otro de bajas, hay patrones de conducta, originados por estas fuerzas rítmicas celestes, muy acelerados que pueden provocar desgastes psíquicos o alteraciones físicas y hay otros que, por lentitud de emisión o de ritmo, provocan patrones de conducta indeseables que acaban por desembocar en obesidad y depresiones por ansiedad, en ambos casos origen de muchas enfermedades posteriores.

Volver a Gemas y astrología