Nácar

El nombre de nácar procede del árabe y significa caracola. El nácar es una substancia dura, blanca, con reflejos iridiados, que se extrae generalmente de la capa interna o de la concha de numerosos moluscos, en especial de las ostras perlíferas en las que alcanza mayor espesor. Existe nácar de diferentes tonalidades que van desde el blanco rosado, al gris azulado. El nácar se puede grabar y esculpir y se utiliza para fabricar un sin número de pequeños objetos de adorno y en la fabricación de botones.
En el lapidario alfonsino está reflejado en el grado 11 de Cáncer:
Es la piedra que dicen tarmicaz. Es de color blanco mezclado y es muy suave de todas partes. Es hallada en unas conchas que se crían en ellas; cuanto mayor es la concha, tanto mayor la piedra que se cría en ella.
Le otorgaban la extraña virtud de ayudar al embarazo y traer hijas. La relacionaban con la estrella septentrional de las dos últimas que están en el cuadrángulo de Cáncer, se trata de Asellus boreal, o Anón norte situada sobre el grado 6 de Leo.

Propiedades astrológicas del nácar

El nácar tiene unos efectos astrológicos similares a la conjunción armónica entre la Luna y Venus, como la perla. El uso continuado de botones u objetos de nácar dejan una impronta muy notable porque las hace especialmente agradables y añaden un atractivo fuera de lo común. Vuelve a las personas de trato dulce y halagador, de tal manera que su compañía siempre resultará muy grata. Es tan potente que sus efectos pueden llegar a ser fascinadores y ejercer sobre los demás un dominio irresistible. A nivel esotérico es la gema de las brujas blancas. En otro sentido es una de las gemas de la fecundidad y la receptividad, ayuda a las mujeres a quedar embarazadas.

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