Variedades del cuarzo

La familia de los cuarzos engloba a todos los cuerpos cristalinos compuestos por anhídrido silícico. El sílice, como se denomina a estos cuerpos cristalinos, es unos de los minerales más abundantes en la superficie de la Tierra, y es muy normal hallarlo en sus diferentes formas en los cinco continentes. El cuarzo ha sido conocido por los hombres de todas las etnias, en todos los tiempos.

Los cristales de cuarzo que aquí estudiaremos están compuestos básicamente por silicio y oxígeno, formando tres grupos fácilmente diferenciables. El primer grupo está compuesto por los cuarzos monocristalinos, es decir, formaciones cristalinas monolíticas de un sólo cristal. El segundo grupo esta representado por las formaciones microcristalinas, donde cada pieza cristalina es una composición de cristalizaciones, ya sea granuladas o formando gráficos o bandas de diferente tonalidad.

Ciertas variedades de este grupo, tienen la propiedad de ser porosas y admiten tratamientos con tintes que pueden modificar sus colores, principalmente las calcedonias grises, que pueden incorporar cualquier color. Cuando esto ocurre siempre se hallan las piedras talladas en lonchas, lo que no significa que todas las talladas están teñidas. Y el tercer grupo compuesto por los cuarzos amorfos como los ópalos.

Al primer grupo pertenecen el cuarzo hialino o cristal de roca, amatista, citrino, cuarzo ahumado y el jacinto.
En el segundo grupo están todas las ágatas, calcedonia, ojo de tigre, heliotropo, prasio verde, plasma, crisoprasa, jaspe rojo, sardio y carneóla.

El último grupo, el de los cuarzos amorfos, está compuesto básicamente por los ópalos: ópalo noble, ópalo azul, ópalo de fuego y el ópalo blanco.

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