El jefe Géminis

Un día, tu jefe Géminis será un reloj humano, con los ojos de lince que registran cada segundo que te demores en tomar el café. Al siguiente, ni se dará cuenta de que has tardado tres horas en volver de almorzar. Si quieres prever sus cambios, puedes arrojar una moneda al aire; es un método tan seguro como cualquier otro. Bien comprendo que te seria muy útil saber como se comportará tu jefe cada día.
Pero el ejecutivo Géminis tampoco sabe con que pie se va a levantar cada mañana, y si él no lo sabe, comprenderás que es imposible que yo pueda decírtelo. Lo mas seguro es no esperar que hoy sea lo que fue ayer, y en cuanto a mañana, cruzar los dedos.
Como ejecutivo, puede ser brillante, pero inquieto. Géminis se encuentra más cómodo en el sillón presidencial que otros signos mutables como Virgo, Piscis o Sagitario, pero no tiene condiciones para dirigir o mandar a otras personas durante toda su vida. Un Géminis que crea haber nacido para dirigir con calma y resolución una gran empresa se está engañando (claro que siempre hay excepciones a la regla, como por ejemplo un Géminis con ascendente en Leo y la Luna en Libra). En primer lugar, a los de este signo se les hace difícil estar sentados más de una hora detrás de un escritorio. El presidente Kennedy, uno de los raros Géminis con dotes para asumir las cargas del liderazgo, resolvió elegantemente este problema. Muy simple: liberaba su energía nerviosa moviendo frenéticamente su mecedora.
Si es Mercurio quien le riñe, tu jefe necesita movimiento. Géminis es un signo de aire, y ¿has visto alguna vez que el aire se quedara quieto? Puede parecerlo, a veces, en un día caluroso y húmedo (y lo mismo pasará con Géminis si lo encuentras en un momento excepcional), pero en ambos casos, eso no es mas que una ilusión. El jefe Géminis típico hará un agujero en la alfombra, a fuerza de pasearse de un lado para otro si se encuentra demasiado tiempo enjaulado en una oficina. Se siente mas a gusto como consultor administrativo, experto en rendimiento o vicepresidente encargado de mediar en los problemas laborales, que si se ve obligado a adaptarse al estrecho molde de un puesto de nueve a cinco, por mas fantástico que sea el nombre del cargo. Géminis funciona a base de ideas, principios y abstracciones; la monotonía y las responsabilidades materiales del ejecutivo medio terminan por reducir el vuelo de su espíritu. De ahí que cuando un mercuriano llega a aterrizar en un cargo ejecutivo, lo primero que hace es ejercitar su agudo espíritu de discriminación para delegar autoridad en quienes le rodean. Serán estos especialistas, cuidadosamente elegidos, quienes en realidad dirijan la empresa, y él dedicará su propia mentalidad inquieta a idear planes innovadores y proyectos originales que duplicarán los beneficios de la empresa y reducirán sus gastos generales. Los aburridos detalles mundanos impacientan a Géminis.
Si en tu empresa acaba de entrar un jefe Géminis, hay que esperar que se produzcan unos cuantos cambios en breve plazo. Probablemente, la forma de comunicación mas lenta sean los cablegramas, y es posible también que haga instalar unas cuantas conexiones telefónicas mas que su predecesor. Tu nuevo jefe Géminis no llevará una semana en el trabajo sin que haya empezado a husmear inquisitivamente todas las actividades de la empresa. Tan pronto como sepa que es lo que se hace y como se hace, querrá saber el por qué. Y si le contestas que siempre lo habéis hecho de esa manera, conseguirás que el brillo de sus ojos se convierta en un resplandor helado capaz de congelarte a treinta pasos de distancia. A Géminis no le interesa ni le impresiona en absoluto la tradición. Cuando le dicen que algo es una vieja costumbre, ya es razón suficiente para que él quiera cambiarla.
El jefe mercuriano típico hará cambiar los muebles de lugar, una vez por semana le pondrá los pelos de punta a su secretaria con la nueva idea para organizar el archivo de manera más eficiente, y cambiará los horarios de trabajo hasta encontrar uno que le satisfaga.
Hay una cosa con la que puedes contar, y es una de las pocas de que se puede estar seguro con un nativo Géminis: jamás será monótono. También es raro que sea dogmático. Sus opiniones son flexibles. No podrás engañarle ni confundirle, porque su mentalidad mercuriana captará instantáneamente las circunstancias, atravesará las cortinas de humo y verá con absoluta claridad todos los aspectos de la cuestión. Eso significa que tampoco le cuesta mucho descubrir las intrigas. A veces podrás jurar que tiene ojos en la nuca, y hasta dos oídos más que los demás. Y hablando de rarezas anatómicas, incluso es difícil creer que no tenga más que dos pies, tantas serán las veces que parecerá estar en dos lugares al mismo tiempo.
Nunca temas que tu patrono Géminis te odie o se convierta en tu enemigo. No es mucha la gente que le interesa durante el tiempo necesario para un sentimiento tan intenso. Tú no ocuparás su pensamiento durante más de una hora por vez, y eso no es bastante para cultivar sentimientos violentos, ni a favor ni en contra. Además, es capaz de comprender perfectamente como se sienten otras personas.

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