Lo mejor de Géminis

Géminis debe aceptar responsabilidades, en vez de suspirar «¡Basta!»

Géminis destaca en los albores del idilio, tentando a sus posibles parejas y atándolas a él gracias a un hechizo amoroso que combina un encanto irresistible y un misterioso atractivo sexual. Pero ¿qué ocurre más tarde? En todos los aspectos, desde las compras hasta la relación sexual, la rutina cotidiana que tiende a reemplazar el primer arrebato de la pasión congela a Géminis, que empieza a mirar a su alrededor en busca de alguna nueva conquista.

De este modo, el amor permanece en un nivel superficial y nunca alcanza las ocultas profundidades de su corazón, donde usted es verdaderamente capaz de compartir y amar.

En el amor, la cantidad en vez de la calidad puede llegar a satisfacer su hambre de variedad, pero nunca llenará sus ocultos rincones de soledad. Para lograr paliar su soledad profunda, usted debe prepararse para afrontar el aburrimiento, en vez de huir de él. Use su sorprendente imaginación para desviar a su pareja de la cotidianeidad de la rutina.

A pesar de la capacidad de conversación típica de Géminis, en realidad usted suele decir muy poco, y revela aún menos acerca de su yo interior. Los pensamientos y los sentimientos -y eso incluye sus inseguridades- deben compartirse, pero usted prefiere mantener sus emociones reservadas, para poder seguir controlando y resultar indispensable. Pero de seguir así, ¿cómo podría llegar a conocerlo su amante?

Practique revelando un secreto pequeño cada día, hasta llegar a compartir sus necesidades amorosas más profundas. Es cierto que un exceso de intimidad puede llegar a asfixiarlo. La solución es evitar arrojarse de cabeza a una relación amorosa, en cuerpo y alma, y consumirla demasiado rápido.

Conserve otros intereses y amistades, además de un círculo preferentemente sólido de compañeros íntimos con los que pueda flirtear inofensivamente cada vez que sienta deseos de hacerlo, pero de modo que todos puedan volver más tarde a sus casas con sus respectivas parejas. Porque lo que en realidad usted anhela es estímulo mental, y puede prescindir del episodio físico que sigue. Salvo en el caso de aquella persona que, cuando usted le abra lentamente el corazón, aprenda a amarlo como es en realidad, y que le ayude a lograr lo mismo.

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