El empleado Leo 1

La niñez cómoda y regalada de Jacqueline Kennedy no permitió a nadie prever el increíble valor que demostró cuando le ocurrió la tragedia inenarrable. El mismo Leo conocido por su reputación de playboy sorprenderá a sus amigos al mantener, valientemente y con buen ánimo, a su mujer inválida y a dos tías ancianas, tras haber vivido una juventud irresponsable y descuidada. Los que nacen bajo el signo del León y están regidos por el Sol no pueden sospechar el tremendo poder que poseen hasta que no se ven puestos a prueba. Hasta el momento, recuérdalo, solamente se hacen los fuertes. El feroz rugido del León oculta un complejo de inferioridad totalmente injustificado.
Si Leo no puede estar en situación de jefe, necesita tener un puesto donde de alguna manera pueda mostrar al mundo sus talentos y capacidades. Tras haber cambiado de trabajo una docena de veces porque no llegó a ser vicepresidente (por lo menos), el Leo típico terminará generalmente por orientarse hacia una profesión donde pueda ser su propio jefe. Leo, cuando se ve privado de desempeñar un papel de directivo o ejecutivo, donde mejor se encuentra es en las actividades de maestro, vendedor, medico, abogado, gerente, asesor, locutor, anunciador, actor o actriz, escritor e incluso fontanero y guía de turismo.
El León busca una ocupación que de alguna manera le permita comunicar a otros su conocimiento superior, o erigirse ante las brillantes luces de la publicidad. Donde más destaca es en el campo de la política y de las relaciones públicas.
Tenga usted presente que el empleado Leo llegará, en un tiempo razonable, a un cargo ejecutivo del mismo nivel que el suyo o, en caso contrario, se ira. No se satisfará con trabajar entre bastidores; los aplausos que el necesita están fuera. Pero para usted será una suerte contar con el León, por corto que sea el tiempo que permanezca en la empresa. Para mostrarle que maravilla de persona es, trabajara con más empeño que nadie, y las constantes muestras de reconocimiento le estimularán hasta el punto de llevarle a exhibir una vitalidad increíble, que supera en mucho los límites de una resistencia normal. Regatear los elogios a su empleado Leo le privará a usted por lo menos del cincuenta por ciento de su valor potencial.
Cuide también de regar con regularidad la vanidad de su empleada leonina. De vez en cuando llévele una rosa para que se la ponga en el pelo, y desentiéndase de los comentarios de los murmuradores, que usted no puede darse el lujo de perder a esa chica. Los murmuradores no tienen sus virtudes ni su capacidad. Dígale con frecuencia lo encantadora que está y lo despierta que es, y de vez en cuando tenga la atención de regalarle entradas para un concierto o una función de gala. Siempre dos entradas, claro, porque una muchacha Leo siempre, en todas las estaciones, está casada o enamorada o tiene un amigo muy especial.
En cuanto al León, invítelo con frecuencia a almorzar a un restaurante caro, donde haya gente importante que pueda verle con el gran hombre. Siempre que pueda, deje que sean sus empleados Leo, hombres o mujeres, los encargados de formar al personal nuevo. No les molestará tener trabajo extra, estarán orgullosos de la responsabilidad, y les encantará decir a los otros que es lo que tienen que hacer y como hacerlo.
Hábilmente aplicada, un poco de psicología astrológica puede convertir al orgulloso y quisquilloso Leo en un extraordinario crédito para la empresa. Con su gracia y entusiasmo, será un ornamento para la oficina. Póngalos en un marco de luces brillantes, cortinajes y alfombras de color amarillo o naranja, y compre para ellos los escritorios y las máquinas de escribir más caros que pueda permitirse. Nada deprime mas el espíritu de Leo que la necesidad de trabajar con un equipo estropeado y viejo, salvo tener que hacerlo con gente pesimista y sin imaginación.
Son empleados que necesitarán emolumentos generosos y algún tiempo extra para almorzar. Para Leo, la comida es una ocasión social y una oportunidad para practicar el arte de la promoción. Con que le dé el esqueleto de una idea para empezar, sabrá organizar una espectacular campaña que podrá atraerle a usted un montón de clientes nuevos. Pero recuerde que no puede esperar que funcione al máximo de revoluciones si tiene que estar pendiente del reloj y limitado por el dinero. Por muy rápido que pueda ser con las cifras, es raro que aprenda el truco cuando se trata de contar monedas.
Y en cuanto al reloj, es algo que le produce calambres. El León es fácil de domar, cuando se sabe como hacerlo. Afloje levemente las normas y deje la reja entreabierta. No son empleados a los que se pueda tener encerrados, porque dejarán pasar hoscamente el tiempo sin poner en juego su brillante capacidad.
Es una buena idea tomar un empleado Leo; agregará un toque de emoción a la oficina, además de ser capaz de llevar cargas gigantescas sin quejarse. Necesita una dieta rica en halagos, autoridad, ascensos, títulos y libertad, que no constituye un precio demasiado alto por su inteligencia, lealtad, fidelidad, buenas ideas y sentido de la responsabilidad. Después de todo, ¿cuantos jefes tienen entre su personal a un miembro de la realeza? Déles su alimento preferido a sus gatos y gatitos, y verá como ellos son sus mejores propagandistas, tan orgullosos de su empresa como si ellos mismos fueran los dueños. El corazón del León es tan grande como su ego.

Signo Leo