Si se considera que Libra representa el séptimo período de la vida, comprendido entre los 42 y los 49 años, su personalidad puede compararse con el adulto que pasa por la madurez y lucha por asegurarse un medio de vida para la siguiente mitad de su existencia.
Esto exige inevitablemente redefinir los papeles sociales y reconsiderar las relaciones con los demás. La regencia de Venus intensifica el carácter sociable y el amor por la estética de los nativos de Libra, así como la necesidad de armonía. Paradójicamente, a pesar de que a los Libra les gusta que todo discurra con tranquilidad, sin problemas, sus actitudes y conducta polémica a menudo provocan discusiones.
Aunque son generosos, a veces desoyen los deseos de los demás y siguen su camino con determinación (ya sea con alegría o con tristeza).
Dada la necesidad de los Libra de ver las dos caras de un problema, o mejor dicho, de analizar todos sus aspectos, son capaces de rumiarlos indefinidamente. Ante la necesidad de tomar una decisión, se resisten a cualquier clase de apremio.
Suelen precisar un espacio propio y se inquietan cuando hay mucha gente a su alrededor o cuando se los presiona. No obstante, ellos son muy dados a presionar a los demás, en particular cuando creen que actúan en beneficio de todos. Gracias a su energía y a su vigor, se les considera buenas parejas y colaboradores.
Sin embargo, deben evitar imponer sus ideas a los demás. Cuando mejor se sienten es cuando pueden olvidar los problemas y divertirse, sobre todo porque les resulta muy difícil luchar contra la depresión. Ser atractivos es de suma importancia para ellos, pero deben intentar no obsesionarse con el aspecto físico, ya que si se dejan llevar por las apariencias podrían comprometer su propia dignidad.
Otras de las cuestiones primordiales es la justicia, pero en su búsqueda de la igualdad deben procurar mantenerse en el término medio para evitar los dos extremos: aceptarlo todo o condenarlo sentenciosamente.
