El niño Acuario 1

Educar y criar a estas “maravillas” puede ser una gran responsabilidad. En su personalidad se combinan un firme sentido práctico y una percepción increíble con una lógica aguda y penetrante. Si lo mezclas todo puede resultar bastante inquietante, como cuando tu pequeño Acuario le pregunta a tu mejor amiga por que se hizo un lifting en la cara (lo cual es verdad), o a tu tío por que falseó sus cifras de ingresos (lo cual es cierto) en presencia del funcionario de la Delegación de Hacienda.
Les encanta hacer favores a los amigos. Si a tu pequeño Acuario le compras un par de botas flamantes, lo mas probable es que las gaste el primer día, alisando la nieve para que sus amigos del barrio puedan andar con sus trineos.
Con tu hijo de febrero, tienes que esperar que se aferre firmemente a un sueño… mientras no aparezca otro. Es posible que las niñas se vean como futuras primeras bailarinas, con una dedicación a su arte que haría ruborizar a la Pavlova, o que ansíen ser el primer Presidente mujer o sueñen con seguir las huellas de madame Curie. Con los varones, el sueño puede ser llegar a oceanógrafo, ictiólogo, arqueólogo, antropólogo, ángel exterminador o cirujano vegetal. La elección de profesiones normales tales como enfermera, secretaria, empleado, vendedor, maestra, banquero o corredor de bolsa es demasiado de este mundo para las fantasías del niño Acuario medio. Aunque es posible que termine optando por una de ellas, el sueño original seguirá guardado bajo la almohada, inolvidable. Y, aunque ello pueda parecer algo terrorífico, hay veces que Acuario consigue que una cosa suceda simplemente concentrándose en ella y esperando.
Jamás sabrás con exactitud que esperar de un día para otro. Tienes un hijo que tal vez no quiera quedarse adentro cuando llueve; saldrá con tu mejor cuchara de plata a excavar un desagüe, para que el agua no se lleve la colina que hay detrás de la casa.
Recuerdo una vieja canción que oí de niña, y que hablaba de un oso que atravesó la montaña para comprobar que se podía ver, y que lo único que pudo ver fue el otro lado de la montaña. Tu hijo Acuario tendrá mejor suerte; él encontrará algo, que puede ser un cántaro con monedas de oro o una nueva especie de pájaro carpintero, pero sus viajes de exploración no terminarán siendo un fiasco ni una simple pérdida de tiempo.
He pasado por alto la etapa de la infancia porque estos niños nunca son infantes; nacen ya con cierta edad. Sin embargo, muchos de ellos pasan por el período del gateo y de los pinitos, y durante esa precaria temporada sería mejor que pensaras en comprar un perro para ciegos y lo conservaras hasta que tu pequeño uranio tenga diez años por lo menos. Es posible que le cueste recorrer la manzana sin sufrir un accidente. Como anda en su propia nube, puede salir corriendo a la calle en una bruma y estrellarse contra un buzón o un poste de teléfono. Las distracciones de Acuario son causa de tobillos torcidos, huesos rotos y maestros coléricos. Es posible que te veas dividido entre el orgullo, cuando los informes de la escuela te aseguren que es un genio incipiente, y la vergüenza, cuando recibas una nota donde te digan que “Oliver no presta atención en clase. Se pasa el día mirando por la ventana y jugando con su reloj de pulsera”. También pueden decirte que “Gertrudis no se concentra. En vez de estudiar, se queda sentada haciendo flexiones del arco plantar con sus zapatillas de baile”. Si le sermoneas no conseguirás de tu hijo Acuario mas que un encogimiento de hombros, con aburrida impaciencia. ¿A que tanto lío? Si él estaba tratando de calcular el efecto del solsticio de verano sobre la hora media de Greenwich, y ella pensaba que será lo que hace que una oruga se convierta en mariposa. Para la mente de Acuario, eso es perfectamente lógico. Vaya escuela idiota. Seguro que tus hijos están en el buen camino, pero tal vez eso no será reconocido en este siglo.
Es frecuente que los maestros se quejen de que Acuario se niega a explicar paso a paso la forma en que llegó a dar una respuesta tan notable a un complicado problema de matemáticas, antes de que ellos hubieran terminado de escribirlo en el encerado. Para eso hay una excelente razón: la intuición de Urano, que funciona mediante una especie de ondas de radio, invisibles, le llevó a recorrer esos pasos con una rapidez tal que él no los recuerda. Casi todos los niños Acuario estaban detrás de la puerta de la sala de partos cuando se hizo el reparto de memoria. Que se olviden de su dirección es frecuente, que se olviden de su apellido incómodamente posible, y puedes dar por seguro que no recordarán la hora de regresar a casa. A tu brillante –casi con seguridad– vástago de Urano hay que enseñarle que su meta debe ser mas amplia que la de convertirse simplemente en una computadora humana; necesita aprender la importancia que tiene organizar lógicamente sus pensamientos. De otra manera, un genio en potencia –filósofo, ingeniero, científico, médico, abogado, jardinero o taxista (los dos últimos si tienes suerte)– puede convertirse en un adulto excéntrico, que se orientará simultáneamente en varias direcciones y acabará dando vueltas en círculo, interesantes sin duda, pero poco provechosas.

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