Como reconocer a Aries 3

Pese a su chocante desenvoltura, el Aries puede ser también el compendio de la gracia social. Es capaz de conversar durante horas, de manera fascinante, sobre temas de los que no sabe absolutamente nada. Hay mucho pulimento en la superficie para cubrir ese agresivo impulso marciano. La paciencia para el detalle no es su punto fuerte; el prefiere dejar a otros los aspectos secundarios y mezquinos de la estadística, y en eso es bastante sensato, ya que otros los abordarán con mucha mas eficiencia. A un nativo de este signo le exaspera restringirse a los hechos, porque las lecciones de ayer le importan un rábano, y mañana está demasiado lejos para preocuparse. Su residencia natural es hoy, a esta hora y en este minuto. El Aries se consume por completo en la acción del presente.
Realista, sin mengua de su decidido idealismo, no es fácil dar una descripción emocional de Aries. Nadie más puede exhibir un comportamiento tan recio y enérgico, pero también son pocos los que son capaces de su sentimentalismo, su ávida inocencia y fe en los milagros. La gente de Marte es literalmente incapaz de aceptar la derrota: ni siquiera la reconocen, aunque les esté mirando a la cara. En cuanto a los resultados finales de cualquier cosa, ya se trate del amor o de un partido de béisbol, son incurablemente optimistas. Muy hábiles en el combate cuerpo a cuerpo, los carneros se defienden mejor con la cabeza, es decir con la mente. Disfrutan al encontrar oposición porque eso representa un desafío, y son capaces de apartarse del camino para ir al encuentro de un obstáculo y superarlo mucho antes de que se les presente… y a menudo, cuando podrían haberlo enfrentado desde la dirección opuesta. Tampoco se quedan esperando a que el éxito les llueva; lo persiguen con furiosa obstinación, y por eso son tan pocos los Aries que se encuentran en las listas de quienes disfrutan de un gran bienestar.
La mayoría de la gente se agota con sólo pensar en la energía del Carnero. Pero los Aries también son capaces de mostrar calma, seriedad y prudencia cuando así lo deciden. Lo lamentable es que por lo general no lo deciden hasta que ha pasado la juventud y la madurez suaviza su áspero idealismo y la avidez de su prisa. No les resulta difícil ganarse la simpatía popular, pese a lo cual no son necesariamente buenos políticos.
Thomas Jefferson y Eugene McCarthy se cuentan entre las raras excepciones a la regla. La mayor parte de los Aries que se han lanzado a la carrera política han tenido una carrera relativamente breve o azarosa. En Estados Unidos no ha habido un presidente Aries desde John Tyler, en 1840. Para el Aries medio, la política resulta una actividad difícil. Por un lado, los Aries no son los mejores economistas del mundo.
Además, son impulsivos al hablar y no soportan los rodeos, dos características fatales para un político. La mayoría de los políticos esperan a ver que es lo que quiere el pueblo antes de dar a conocer su propia posición. El Aries medio tiene sus propias ideas de lo que necesita el pueblo, lo que éste realmente quiere no le interesa, y ya se ocupará él de que lo tengan, antes de lo que políticamente pudiera ser conveniente. Así y todo, es tan idealista que cuando se encuentra frente al público, enciende su imaginación y le hace volver a tener fe en sí mismo.
El fresco candor de Marte puede despejar el humo de las trastiendas políticas como si fuera una brisa.
Sin embargo, la mayoría de la gente de Aries tiene más éxito en los negocios o en las artes creativas, donde ellos son muy necesarios. Otros pueden destacarse en el desplazamiento de la estrategia. Gente con una mente más serena y mentalidad más práctica puede ser mejor para lograr una organización eficiente. Pero sin la acción directa, la energía y la originalidad del Carnero, el más deseable de los proyectos se vendría abajo o no conseguiría avanzar mucho.
Es posible encontrar algún Aries que sea tímido, pero jamás encontraréis uno que no tenga una posición bien definida. Es difícil expresar la propia individualidad, cuando uno está cerca de ellos. Aries es mucho más feliz cuando habla de sí mismo y de sus planes que de cualquier otra cosa o persona (excepción hecha del ser amado, cuando se encuentra inmerso en un romance). Una vez que alguien se ha ganado su interés –y tiene mucha suerte– el Aries le escuchará con atención, especialmente si las ideas de su interlocutor son interesantes y progresistas. Se sentirá encantado con el, y pondrá a su disposición tiempo, dinero, simpatía y lealtad. Si un amigo está en el hospital, es posible que Aries se olvide de enviarle una tarjeta, pero le buscará el hospital, lo llevará allí en su propio coche y 1o recomendará a su propio medico (que, naturalmente, será más eficiente que Pasteur). Cuando se decide a ayudarle a uno en una situación difícil, Aries no vacilará ante ningún esfuerzo.

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