Este par de personalidades dinámicas tan pronto está gritando y dando portazos como, inmediatamente después, compartiendo una broma que sólo ellos conocen, o hundiéndose de cabeza en un intimidatorio desafío conjunto que dejaría temblando a otros signos más débiles.
Para ambos, la vida es una lista de metas que hay que alcanzar, y que Dios ayude al joven Aries que no pueda igualar la energía y la fuerte voluntad de mamá. Este respeto materno por la individualidad y la independencia hace que el retoño Aries tenga toda la libertad que anhela, ¡e incluso más! Esta madre no vive a través de sus hijos; está demasiado ocupada con su propia vida y espera que ellos hagan lo mismo.
Pero este estilo despreocupado y sin restricciones podría traer problemas posteriores con un Aries adolescente acostumbrado a valerse por sí mismo. Por más difícil que le resulte, la madre Aries debería establecer reglas fijas y una disciplina, y atenerse a ellas. Ella es muy buena para el estímulo y el entusiasmo, pero no está dotada de paciencia ni tolerancia, y le fastidia mucho que el joven Aries sea despiadado o egoísta, acaso porque se le parece demasiado. Y cuando ambos quieren tener el mando, cuídense de las pataletas reprimidas.
Audaz ella misma, la madre Aries acoge con entusiasmo las oportunidades de su hijo para ir de acampada o a escalar una montaña, pero su propia falta de precauciones hace que no sea protectora, hasta el punto de no ser capaz de decirle al joven Aries que mire si hay agua antes de saltar a la piscina.
Tan alegre como alérgica al fracaso, la madre Aries deberá tratar de suavizarse. Podría hacer un hueco en su turbulenta vida para unos pocos minutos de reposo y hablar francamente con su hijo, antes de hundirse en las preocupaciones ocasionadas por el poder energético de dos personalidades tan vitales.
