Mamá Géminis y su hijo Aries se llevan extraordinariamente bien. Tienen mucho de qué hablar, y comparten el mismo amor travieso por la vida.
Ambos están dispuestos a entretenerse, lo que garantiza que no falten las risas en esta casa bulliciosa. Pero Géminis puede hartarse del autoritarismo de Aries y Aries siempre querrá apoderarse del espectáculo y dirigirlo. Lo normal es que mamá quiera estar al frente, pero en el caso del exuberante Aries, que es un líder natural, es más fácil dejarlo hacer las cosas a su modo.
Pero no le permitirá salirse con la suya en todo, tendrá siempre una respuesta rápida para las desfachateces de su hijo y no se arredrará tampoco ante sus feroces estallidos. Mamá es lo suficientemente elegante como para reírse de esos accesos o simplemente ignorarlos. Si se la provoca, estallará y responderá con una frase aguda que pondrá rápidamente al niño en su lugar. Pero todo se olvida y se perdona velozmente y ambos volverán pronto a ser amigos.
El niño Aries hace que su madre se sienta joven y enérgica. A menudo ambos se comportan como una pareja de niños cuando están juntos, y verdaderamente disfrutan de la mutua compañía. Ella estimulará a su hijo a hacer amigos, unirse a organizaciones juveniles, aprender a nadar y sacar lo mejor de la vida. El único problema podrían ser las oscilaciones de sus estados de ánimo, que confundirán a su abierto y optimista hijo Aries.
Además, incluso al sociable Aries le resultará difícil marchar al ritmo de las constantes fluctuaciones sociales de su madre. Pero ella le enseñará a analizar a la gente y las situaciones. Y logrará que hable, cuente, lea y escriba lo antes posible, preparándolo para el adecuado papel de mejor alumno. Con la ayuda de su madre, el joven Aries desarrollará una mente poderosa, capaz de expresar opiniones bien consideradas con confianza.
