Personalidad del Gato

Los ágiles Gatos saltan sobre cualquier obstáculo en su camino, o lo rodean. Poseen una elasticidad notable, que les permite recobrarse siempre de todo tipo de calamidad que les pueda caer encima. En la mitología china, el Gato o la Gato es el símbolo de la longevidad. En las pinturas de ese país, con frecuencia se las representa con una gran cuba, en la que preparan el elixir de la vida. Se dice que el Gato obtiene esa esencia de la Luna, y la historia de la Gato en la Luna es una de las famosas «leyendas perdidas» de China. El Gato de la Luna es una figura destacada del Festival de Otoño chino. El Gato de Pascua occidental es producto de una creencia similar en el Gato de la Luna, que data de tiempos precristianos; el huevo es un símbolo de la fertilidad. El Gato y la Gato tienen una asociación, antigua y universal, con la estación de la Pascua o equinoccio de primavera, y el calendario chino se arregla siempre de modo que ese equinoccio coincida con el mes del Gato.
En el horóscopo chino, se considera al Gato como uno de los signos más afortunados, con una gran probabilidad de encontrar satisfacción y felicidad en la vida. Los nativos nacidos en ese signo son la personificación de la benevolencia, la amabilidad, el buen juicio, el refinamiento y el sentido estético. Es probable que ten-gan unas vidas tranquilas (según la hora en que hayan nacido) y transcurran en un ambiente sosegado y pacífico. Tienen un temperamento artístico y aman la belleza. Son también sumamente afortunados en los negocios y las transacciones monetarias, y poseen una gran habilidad para hacer tratos ventajosos para sí. Sofisticados, condescendientes consigo mismos y amantes del ocio, otorgan mucha importancia al bienestar de la prole, y siempre ponen sus deseos en primer lugar. Se valoran por encima de todo, y descartarán cualquier cosa o persona que juzguen demasiado exigente o preocupante para la tranquilidad, a la que tanto estiman, de su existencia. Aborrecen todo tipo de incomodidad. En realidad, la seguridad y el bienestar podrían volverse una obsesión para algunos Gatos. A pesar de que son atentos y amables con sus seres queridos, es posible que se muestren implacables con los extraños y pueden ser diabólicamente astutos. Son negociadores inescrutables, cuyos pensamientos resultan imposibles de adivinar. Aunque parecen dóciles por fuera, sus maneras amables y discretas esconden una voluntad fuerte, con la que persiguen sus fines de forma callada y metódica, con sigilo y discernimiento.
En el peor de los casos, los Gatos pueden ser demasiado sensibles e imaginativos. Mantendrán siempre una urbanidad que desarma y se portarán con gran cortesía incluso con los peores enemigos, al tiempo que esconden una animosidad oscura y acerba. Reservados y sigilosos, pueden recurrir a medios poco ortodoxos para derribar a todo aquel que consideren una amenaza. Joseph Stalin y Fidel Castro son ambos Gatos. Los de ese signo tienen también tendencia a salirse con evasivas y a echar la culpa a los demás.
Los Gatos sienten una aversión profunda por todo tipo de conflictos y enfrentamientos. Son en el fondo unos pacifistas comprometidos. No pueden entender cómo la gente puede ser solamente amable y seguir adelante. Disponen, además, de un instinto ágil y agudo que les permite mantenerse fuera de peligro. Son, en última instancia, unos adeptos de la supervivencia. Como amigos, es seguro que te prestarán dinero cuando lo necesites, pero no cuentes con ellos para nada más. Te acompañarán con gusto hasta el río, pero no esperes de ellos que lo crucen a nado contigo. Tienen cierta inclinación por la melancolía, y es posible que parezcan ensimismados e, incluso, por completo abstraídos de los que tienen alrededor.
En el mejor de los casos, los Gatos son sofisticados, corteses, oyentes comprensivos e inteligentes y anfitriones magníficos. Además, tienen un don para recordar con exactitud detalles que otros pasarían por alto u olvidarían. Son sumamente minuciosos, y con frecuencia resultan buenos eruditos. Se los admira y busca por su gracia, agudeza y buen juicio, así como por sus maneras impecables y gustos refinados. A causa de su despego innato y seguridad en sí mismos, son tolerantes y nada sentenciosos; creen en vivir y dejar vivir, y esto es algo que saben hacer bien. Poseen gran finura y son excelentes anfitriones y animadores.
La mujer de signo del Gato es serena y muy femenina. Es amable, atenta, comprensiva, y sus amigos la consideran cálida, encantadora y muy enérgica y entusiasta con respecto a las cosas que le gustan. Le encanta que la mimen, incluso lo necesita, y le exigirá al hombre con que se case que le proporcione los lujos y la se-guridad que cree necesitar, e igualmente que le aporte un humor más taciturno.
Los niños del signo del Gato son dulces, obedientes y de temperamento constante. Es fácil disciplinarlos y son capaces de concentrarse en una cosa cada vez. Son sensibles con relación al estado de espíritu de sus padres y al clima emocional de la casa, y saben por instinto cómo protegerse sin levantar ampollas. Pueden esconder sus sentimientos y, a veces, resulta difícil saber qué sienten. No son retadores de un modo abierto, pero eso no significa que no sean voluntariosos. Saben qué decir y hacer para conseguir lo que quieren o para negociar algo mejor. Aprenden pronto cómo conducirse con los demás y cómo llevar los problemas, y pueden afrontar de forma filosófica los reveses que se les presenten.
Los nativos del Gato formarán la mejor pareja de todas las posibles con una persona del año de la Oveja. Tienen muchas cosas en común, y formarán una unión duradera y muy exitosa. El tolerante y sensual nativo del Jabalí y el honrado e imparcial nativo del Perro serán unas parejas igual de buenas para el Gato. Los pertenecientes al signo de la Rata, el Buey, el Dragón, la Serpiente, el Mono u otro del signo del Gato formarán buenas parejas secundarias. Los Gatos deberían evitar toda relación con los pertenecientes al signo del Gallo, cuya vanidad y crítica áspera pueden resultarles intolerables. Los Gatos tampoco quedarán impresionados por el irreflexivo e imponente nativo del Tigre, ni entusiasmados por el temperamental y caprichoso nativo del Caballo.

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