Este tránsito, junto con el tránsito de Saturno por la Primera Casa coincide con una importante fase de transición en la vida. Es un período en el que te vas a encontrar con los resultados de todos los pensamientos, acciones, deseos y actividades a los que te has dedicado durante los últimos veinticinco años, cuando Saturno iba pasando por las otras once casas.
Es el término de un ciclo; y de ahí que, a menudo, puedas experimentar descontento, confusión, desorientación y un sentimiento de encogimiento emocional y mental, cuando las viejas estructuras de vida empiezan a derrumbarse. En otras palabras, las ambiciones, valores, prioridades, actividades y creencias que otrora dieron significado y dirección a tu vida empiezan a disolverse cuando Saturno entra en esta casa; y los sentimientos prevalecientes de estar separado o perdido son habituales, hasta que hayas consolidado nuevos valores y actitudes nuevas y más depuradas hacia la vida misma.
Por tanto, es una época para definir tus ideales y tu orientación espiritual última; y es posible que pases estos años experimentando con varios nuevos enfoques de vida después de haber dejado caer los viejos apegos que demostraron estar ahora vacíos y sin vida. En suma, es un período de trabajo en la clarificación de aquellas dimensiones de vida trascendentes y sutiles que, aunque son muy difíciles de expresar con palabras, constituyen la fuente recóndita de fuerza que te ayuda a continuar tus luchas por crecer en medio de los contratiempos y obstáculos de la vida.
Es probable que te sientas como en una prisión emocional, aislado del mundo exterior que parece distante e irreal. Es una época en la que debes volverte hacia dentro, a fin de llegar a fuentes interiores de fuerza emocional y espiritual. Ahora, lo viejo se va disolviendo para dar cabida al nacimiento de la nueva orientación y estructura de tu vida. Puedes incluso llegar a sentir cierta desorientación, ya que se trata de un período de espera, de ensoñación y de exploración interior durante el cual desaparecen las fronteras firmes y las anclas sólidas a las que solías aferrarte.
En definitiva es el momento para eliminar cualquier residuo del pasado y preparar el terreno para una nueva semilla que va a dar el fruto de una personalidad más integrada.
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