Amatista

Dentro del grupo del los cuarzos monocristalinos, la amatista es quizás la reina de las gemas, o por lo menos, la más valorada desde todos los tiempos. Es un cristal de fácil identificación, de color rojo violeta a violeta pálido inconfundible. Esta coloración varía en función de la cantidad de óxido de manganeso. Esta substancia se encuentra en las gemas procedentes de Francia, Arabia, Ceilán y en los alrededores de Cartagena en España, de donde se extraen las amatistas más teñidas y mejores para nuestro trabajo etnogemológico. Sin embargo, los mayores suministros de amatistas provienen del Brasil, pero se trata de gemas mucho más claras y menos potentes.
Desde tiempos muy antiguos se hacían cinco diferenciaciones de esta gema, como describe Gaspar de Morales en 1598:
La primera especie es de color absolutamente purpúreo; la segunda especie se aproxima en color al jacinto; la tercera es púrpura violado con mezcla de rosado; la cuarta tiene color de vino y la quinta es más transparente y menos teñida.
Por otro lado también nos encontraremos con el cuarzo amatista cuando ésta aparezca asociada al cuarzo lechoso formando bandas o rayas. Pero para nuestro trabajo procuraremos utilizar las amatistas bien tintas y purpúreas.
Bajo el punto de vista etnológico o tradicional, a la amatista se le atribuyen propiedades sobrenaturales. Se dice que da suerte, estabilidad y que protege de los hechizos y de la nostalgia. Se considera amuleto contra las borracheras. Gaspar de Morales dice:
La amatista puesta en el ombligo evita que los vapores del vino sean dañinos al cerebro y de todo punto quita la embriaguez al hombre, librándole de esta contrariedad y contagio: digo contrariedad, por ser contraria al uso de la razón. Refiere a Aristóteles que quita los malos pensamientos, hace a las mujeres estériles, fecundas, si bebieren el agua en que se hubiese lavado esta piedra. Al que la trajere esta piedra consigo, le hace de buen entendimiento. Es contraveneno y tiene otras propiedades que aunque son útiles y provechosas para no alargarme dejo.
Este mismo autor añade a continuación su correspondencia astrológica afirmando que: «Le dio su actividad la estrella fija Cor escorpionis.» Se trata sin duda de Antares, la Alfa del Escorpión, una de las estrellas más visibles desde los dos hemisferios.
Por ello, en nuestro trabajo, asociamos la amatista con la estrella Antares. Se trata de una supergigante roja 400 veces más grande que nuestro Sol, de color rojo violáceo parecido a la amatista purpúrea. Su tipo espectral es mixto y últimamente se dice que es una doble con enana. La mayor es de tipo M0 de color rojiza y de baja temperatura y la pequeña compañera de tipo A3 de color verde. Su analogía podría ser Plutón Júpiter, aunque Ptolomeo la asocia con Marte – Júpiter. Esta estrella como la anterior es usada en astrología desde los más remotos tiempos. Posiblemente, la mayor popularidad de esta gema consiste en su supuesta virtud de prevenir la ebriedad o impedir la borrachera, pero sus propiedades son mucho más profundas y sorprendentes, no en vano está conectada a un cuerpo celeste tan especial como la estrella Antares. Por esta conexión o sintonía, a la amatista se le consideran los mismos atributos y la misma simbología que a Antares, que significa anti-Ares, o lo que es lo mismo anti-Marte, indicando así su característica protectora de las actividades marciales o bélicas, quizás por ello la utilizaban los guerreros de ciertas culturas como defensa ante las eventualidades de la batalla y era considerada como un excelente talismán en tiempos de guerra porque les resultaba muy útil para mantener la cabeza fría en los momentos de la batalla y tener calma ante los enemigos.
La amatista ha sido considerada desde siempre como la gema de la templanza, de la moderación y la calma ante el peligro o las amenazas. Pero sus propiedades van más allá y alcanzan cualidades terapéuticas y calmantes, en este sentido, es probablemente la que produce mejores resultados. Al igual que el cristal de roca, es muy útil como calmante de los dolores de cabeza y utilizando gemas de buen tamaño, frotándolas sobre las sienes, se consiguen calmar o atenuar jaquecas o migrañas de origen psicosomático o como resultado de los excesos en la bebida o de cualquier ingesta de alteradores de conciencia.
En otro sentido, la amatista es un excelente activador de las cualidades de maestro espiritual que todos llevamos en nuestro interior. Desde hace más de quinientos años, la estrella Antares ha pasado del signo de Escorpio al de Sagitario debido a la precesión de los equinoccios (no confundir signo zodiacal con constelación). Curiosamente desde que esa estrella cambió de posición celeste, la clase clerical dominante usa la amatista en el ordenamiento de sus obispos, componiendo los anillos episcopales de la actualidad. La amatista vino a sustituir al zafiro azul, del que hablaremos más adelante.
Tanto el zafiro como la amatista tienen una fuerte correspondencia con las vibraciones que definimos en astrología como jupiterianas, es decir, asociamos los influjos de Júpiter a estas gemas.
La conexión de la amatista con la estrella Antares que está situada en la actualidad a 9 Sagitario 41 Sagitario, cumple la función de un Júpiter en Sagitario, o lo que es lo mismo, expresando un potencial de maestro espiritual, cosa que necesita aparentar o manifestar un clérigo cuando lo ascienden a obispo. Para estos casos la amatista es sin duda un buen elemento moderador y atemperante al tiempo que permite obtener el «caris-ma» que de modo natural muchos obispos carecen.

Propiedades astrológicas de la amatista

La amatista convenientemente utilizada es siempre un atemperador de la conciencia y un moderador de la conducta. Está perfectamente indicada como apoyo a los trastornos nerviosos o psíquicos. Su uso continuado aminora considerablemente los efectos somatizantes de las alteraciones de conciencia de cualquier índole. Es muy útil para aquellas personas con tendencia a somatizar sus problemas psíquicos. Es de inestimable ayuda para rehabilitar alcohólicos y sus efectos son inmejorables en las curas de desintoxicación en las drogodependencias. Se han obtenido muy buenos resultados en los periodos del sindrome de abstinencia y han servido para evitar recaídas en los hábitos de estas características.
Sus vibraciones astrológicas son una combinación del tercer, cuarto, quinto y sexto Rayo, por lo que acrecientan el sentido de la lógica, mejoran las manifestaciones artísticas o estéticas, ayudan a eliminar las depresiones, amplifican la conciencia moral, mejoran las facultades mentales concretas y abstractas, animan y hacen fácil la toma de decisiones, facilitan el desarrollo y la expansión personal, ayudan a manifestarse y explicarse con claridad, amplifican el sentido de la condescendencia, aportan mayor fuerza dinámica al carácter eliminando los rasgos de timidez o retraimiento y aportan templanza y benevolencia a quien las usa con regularidad. En lo social, facilitan los tratos de índole comercial, aumentan los beneficios económicos, atraen a personas vitales y trabajadoras y pacifica las relaciones con los demás. A nivel físico, protege de las enfermedades de origen nervioso y de las infecciones en el hígado, ríñones y órganos sexuales.

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