Exceso de radiaciones

Como contrapartida el exceso de cualquiera de las siete radiaciones celestes, se deja notar por el efecto contrario y podrá ser contrarrestado con el uso de gemas de colores complementarios en casi todos los casos. Aprenderemos ahora a reconocer cómo se perciben estos excesos.

Exceso de Sol

Un exceso del primer Rayo o Sol se percibe como una exageración en la energía vital, desproporción en la confianza en sí mismos, fuerte necesidad de reconocimiento, de brillar por encima de los demás, orgullo y amor propio desmedidos y una importancia personal que puede acabar por colapsar el corazón de quien padece esta desproporción. Para equilibrar este exceso son muy útiles las gemas de tonalidades violáceas o amoratadas como la amatista, espinela morada y la tanzanita violeta, la mejor de todas es quizá la amatista-citrino de transición, donde en la misma gema se combinan el color amarillo y el morado.

Exceso de Luna

Un exceso del segundo Rayo o Luna se nota por una desproporción en las manifestaciones afectivas y sentimentales, imaginación desbordante, sociabilidad pegajosa y exageraciones alimenticias o excesivo aprovechamiento de los alimentos por el organismo, lo que provoca obesidad y sus complicaciones físicas y psíquicas. Esta desproporción se corrige utilizando gemas combinadas de color negro y rojo, o del cuarto y séptimo Rayo en conjunto, el rubí, espinela, granate, magnetita, hematites, azabache, coral negro y ónice negro. Estas cualidades se reúnen en la rodonita donde se combinan el negro y la tonalidad rojiza.

Exceso de Mercurio

Una superabundancia de energía del tercer rayo o Mercurio provoca una curiosidad insaciable y a veces malsana, necesidad de hablar más allá de lo razonable, sentido crítico desproporcionado y un estado general de ánimo demasiado nervioso. En lo físico, puede acabar afectando al sistema nervioso, médula espinal, inflamaciones del nervio ciático, desviaciones en los discos intervertebrales o inflamaciones de ligamentos. Para estos casos se recomienda el uso de gemas del sexto Rayo o Júpiter, de tonalidades azuladas o transparentes como el cristal de roca, lapislázuli, zafiro azul y la lazulita.

Exceso de Venus

Un exceso de radiaciones del cuarto Rayo puede provocar una exagerada preocupación por la apariencia externa, por los buenos modales, necesidad desmedida de asistir a espectáculos, diversiones, ceremonias y celebraciones, gastos superfinos o innecesarios, y en las mujeres uso exagerado de cosméticos o una imperiosa necesidad de ir a la última moda. En los hombres se puede apreciar un afeminamiento inadecuado. Estas desviaciones pueden corregirse utilizando gemas del quinto Rayo o Marte como el rubí, espinela, granate, hematites y el coral rojo. Pero una de las mejores es el heliotropo y cierto tipo de turmalina donde se combinan el rojo con el verde.

Exceso de Marte

La desproporción de energía del quinto Rayo o Marte, se percibe como un genio dominante, carácter irritable y excitable, una dinámica de vida exagerada, exceso de bullicio y demasiada importancia a la fuerza personal. Como resultado de estas actitudes se pueden producir cíclicamente, fuertes dolores de cabeza o musculares que acaban agotando la energía vital. En las mujeres puede provocar una masculinización de carácter, las más de las veces indeseable. Este exceso puede corregirse utilizando gemas del cuarto Rayo o Venus, de tonalidades verdes, rosas, o de tonos apastelados, como la esmeralda, cuarzo rosa, turmalinas apasteladas y el olívino.

Exceso de Júpiter

Cuando existe una superabundancia del sexto Rayo o Júpiter se aprecia un exceso de plétora, una jovialidad pastosa y unos impulsos lascivos que acaban provocando inconvenientes con el entorno social. También puede apreciarse derroches económicos y excesivos privilegios sociales. A la larga pueden manifestarse físicamente como gota, hemiplejía, flebitis, etc. Este exceso se puede corregir utilizando gemas del tercer Rayo o Mercurio, de tonos multicolores, grises o anaranjadas como el ágata gris, ópalo de fuego y la cornalina.

Exceso de Saturno

Por último la desproporción en el séptimo Rayo se nota por un superávit de resonancia saturadora, como un exceso del realismo conservador, exagerado sentido de la responsabilidad, temor a perder los bienes materiales, ahorro desmedido que puede caer en la avaricia o la usura. En lo físico, se puede producir un crecimiento excesivo en los huesos o en los cartílagos como nariz muy desarrollada, espalda encorvada o cuerpo manifiestamente osificado. Para contrarrestar este exceso se recomienda el uso de gemas del segundo Rayo de tonos blanquecinos como el coral blanco, cuarzo lechoso y la adularia.

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