La lazulita es un mineral cristalizado, se trata de un fosfato de aluminio, hierro y manganeso monoclínico de color azul celeste claro y oscuro con brillo vitreo. Se la conoce también como espato azul. Los cristales de lazulita son bastante escasos, antiguamente procedían de la India y de Madagascar, pero hoy día suelen proceder de Brasil y en menor cuantía del norte de África. Se pueden hallar en las tiendas especializadas en minerales a un precio bastante razonable.
En el lapidario alfonsino es citada en el grado 25 del signo de Géminis, y dice así:
Es la piedra que dicen «keroditoz», que quiere decir piedra que atrae los gusanos. Color tiene cárdeno, así como azul y aún algo más tinta. Aunque es fuerte, púlenla así como las otras piedras; y cuando está pulida, al que la ve parécele suave.
Los árabes la aprecian mucho y las traen en sortijas, y sus mujeres las ponen en sartales que tienen en los cuellos.
Le otorgan propiedades medicinales para eliminar las lombrices del cuerpo y la asocian con la estrella que está en el pie diestro de Géminis y la delantera de las dos que están en la rodilla izquierda del Can Mayor, se trata de la épsilon de Géminis, Mebsuta, situada cerca del grado 9 de Cáncer.
Propiedades astrológicas de la lazulita
La lazulita sigue siendo la gema más importante para confeccionar las diferentes joyas talismánicas de los hombres azules del desierto. Las joyas de Ouarzazate, en la ruta de Marra-quech al desierto, están montadas especialmente con lazulitas. Aunque también existen unos plásticos azulados para la bisutería turística. La lazulita es una gema extremadamente jupiteriana con un fuerte matiz uraniano evolutivo. Despierta en quien la lleva el espíritu nómada y el impulso hacia la aventura. Incita a viajar, a moverse y conocer nuevas fronteras, rompe el sedentarismo e impele hacia nuevas experiencias. Es la mejor piedra para el viajero, abre las puertas de los desconocidos y atrae la buena suerte durante los viajes, protege de los estafadores y listillos, y evita toda clase de peligros durante los desplazamientos. La lazulita es un poco el San Cristóbal de las gemas.
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