Olivino

Olivino es el nombre que recibe el mineral conocido como peridoto y que debe su etimología al bello color verde aceite de aceituna que presenta. Una vez se lo conoce es inconfundible. También puede aparecer de forma excepcional en color totalmente pardo como aceite turbio, entonces es considerado como una gema de colección. Se trata de un silicato de magnesio y hierro. La fuente principal de esta gema se halla en Birmania y en la isla de St. John en Egipto, donde fue descubierta por piratas hace muchos siglos. Se encuentra como mineral en la Islas Canarias y otros lugares de la Península donde haya zonas volcánicas. Hay unas playas en Hawai en las que la arena y los pequeños guijarros son completamente olivinos.
El olivino se usa en joyería y por lo general las piezas medias en calidad y tamaño tienen precios razonables.
En el Lapidario de Alfonso X aparece el olivino en el grado 30 de Escorpio:
Es la piedra que dicen «zarmiquidez», que quiere decir en caldeo, sanador de ictericia, porque su virtud es tal que el que la trae consigo está seguro de no tener esta enfermedad, y si la pusieren al que la tuviere, sana luego. Y aún tiene otra virtud noble y maravillosa, que si la pusieren sobre el manjar en el que haya tósigo (veneno) hócese luego turbio, y si el tósigo está en un cuerpo espeso, así como carne o pescado u otra cosa cerrada que le semeje, dáñase todo y piérdese. Su color es verde como de la esmeralda pero más tinta y de mayor resplandor. Hállanla en muchas formas. Es más pesada que la esmeralda, más fuerte y dura de quebrantar. Hállanla en la isla Alatuac (St. John) cerca del mar Rubro (Rojo), en minas muy hondas que hay en esa tierra.
La asocian con la estrella que está en el nudo séptimo, cerca de la uña venenosa de la figura del Escorpión, la iota de Escorpio, situada en la actualidad sobre el grado 27 de Sagitario.

Propiedades astrológicas del olivino

Al olivino se le atribuyen unas propiedades mágicas y místicas debido a que era una de las piedras que traían los cruzados a su vuelta de Palestina, por ello el olivino está envuelto por toda la mitología cristiana medieval y, vino a ser como la esmeralda de los peregrinos y se la consideraba con las mismas propiedades que la esmeralda. Pero en cierto sentido sus propiedades son opuestas a la esmeralda, pues el olivino atenúa los apetitos carnales y no tiende a desembocar en el disfrute de los sentidos sino que sublima la sexualidad y la proyecta sobre esferas mentales superiores o espirituales. Es pues una gema excelente para compositores, poetas, creadores y artistas de todo tipo, actúa como un activador de las «musas», facilita el estado de inspiración creadora, aporta el «tema», necesario pasa cualquier creación, su uso continuado pone en contacto con el «duende» que todos llevamos dentro.

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