Turquesa

La turquesa es una piedra alumínica de extremada dureza para su apariencia de fragilidad. Se encuentra en forma de guijarro de color azul celeste o verdoso, con algunas vetas o inclusiones oscuras formando masas arriñonadas. Es una piedra inconfundible y fácil de adquirir en el mercado.
Esta piedra se cita en el segundo lapidario alfonsino: De la tercera faz del signo de Acuario es la piedra que a nombra feyruzech en arábigo y en latín turquesa.
De esta piedra se ha hablado en el grado 27 del signo de Piscis. (Del signo de Piscis faltan los primeros 28 grados, pero gracias a los Libros del Saber en Astronomía, podemos saber de qué estrella se trata; se corresponde con la psi de Piscis, situada sobre los 23 grados de Aries.)
Es tal su virtud que si la pusieren en lugar donde alguien trabajase mercancías perderá cuanto mercare, hasta que lo hay perdido todo cuanto hubiese, de tal manera que se volvería pobre.

Propiedades astrológicas de la turquesa

La turquesa es una piedra única y muy especial. Su uso incontrolado y fuera de lugar puede, efectivamente, perjudicar la economía, porque causa una cierta laxitud, dejadez y pereza por estas cuestiones. Su área de acción se centra en los sentimientos, quien las usa adecuadamente puede generar un fuerte magnetismo personal en sentido romántico. Es excelente para aquellas personas que deseen encontrar pareja. Es quizás, por ese toque uraniano, una de las gemas de resultados sorprendentes, siempre que se usen de manera masiva, como collarines rosarios, pulseras o conjuntos de pendientes, colgantes y anillos. Es como un emisor de ondas romántico-afectivas que actúa de manera selectiva, atrayendo sólo al tipo de sujeto ideal. Su utilización suele provocar resultados asombrosos.

Volver a Gemas y astrología