Leo es magnánimo y derrochador y el joven Géminis está totalmente encantado con él. Ve que su papá es el centro y el alma de todas las fiestas, y quiere crecer sólo para ser igual a él.
Pero Géminis es bastante diferente de Leo. Su energía mercurial lo lleva a deambular en busca de entretenimientos, mientras a Leo le gusta quedarse donde está y ser un radiante foco de atención.
Géminis es aún más conversador que su padre, y es también muy sociable, pero carece de la resplandeciente calidez y generosidad de Leo, y de su capacidad de transmitir entusiasmo. En cambio, a Géminis le gusta llevar y traer información.
A Géminis le encanta que su papá tenga tantos amigos: ¡gente por conocer y de la que podrá aprender! El niño Géminis obtendrá información de todas partes y su padre Leo tiene mucho que enseñarle. Ni el padre ni el hijo son pegajosos en el plano emocional, y compartirán una relación feliz y sin exigencias.
El estilo de disciplina de papá algunas veces le parecerá demasiado rígido al liberal Géminis, que adora sentirse independiente. Papá quiere tener su familia bajo control y pretende imponer reglas tiránicas. En el caso de Géminis es mejor dar buenas explicaciones, así será más fácil contenerlo.
Géminis se siente amado y protegido por su poderoso papá. Le divierten las pequeñas excentricidades y el estrafalario estilo de vestir de Leo. Y no le importa que los focos se centren con más frecuencia en su padre que en él. Siempre que tenga con quien hablar, Géminis se sentirá feliz. Y siempre mantendrá conversaciones fascinantes con su magnético e imaginativo padre.
