Brillantes y chispeantes, estos dos seres disfrutan realmente de la mutua compañía. Mamá es una buena maestra para su inteligente cachorro de león, y está alerta para mantener en movimiento su mente activa. Leo florece si está activo y ocupado, y mamá disfruta respondiendo a todas sus preguntas y uniéndose a sus juegos: ella sigue siendo una niña y aprovecha cualquier excusa para jugar.
Pero si consideramos el lado serio de la vida, tanto juego no puede ser bueno. Las responsabilidades la aburren y preferiría estar divirtiéndose fuera de casa que haciendo la tareas domésticas. Leo está contento porque su madre está tan llena de vida y al ser una criatura autosuficiente puede luchar con su falta de organización.
De hecho ¡es él quien la organiza a ella! El niño Leo tendrá que admitir que su madre lo oscurece a veces con su humor, confianza y actitud positiva. Él ama las comodidades hogareñas y mamá siempre lo está arrastrando a alguna parte, cuando en realidad él preferiría quedarse en casa, al menos alguna vez.
Tanto Leo como Sagitario son alegres optimistas que no tienen tiempo para los quejicas. Pero en ocasiones, cuando mamá se sienta abatida por el mundo, Leo tendrá que aprender que él no tiene la culpa si ella ha perdido su alegría durante un rato; entonces mamá deberá acordarse de darle seguridad, porque su sensación de individualidad aparentemente todopoderosa se agrieta con facilidad. También es probable que él se encargue de alegrar a mamá, y lo logrará fácilmente.
Leo adora las ideas nuevas, pero no con tanto entusiasmo como su madre Sagitario. Él extrae satisfacción de las cosas que conoce y ama, mientras que a Sagitario le encanta arrojarse sin red a lo desconocido. Ella le enseñará a Leo las alegrías de viajar, y pasarán días en el campo o de vacaciones en el extranjero.
El niño Leo ama a su madre Sagitario por su belleza, imaginación, integridad y sinceridad; aunque a veces será demasiado franca para su gusto: ella se siente obligada a decir la verdad, y le señalará la mortificante mancha en la solapa justo cuando vaya a salir para su primera cita. El orgulloso Leo se sentirá herido hasta la médula por sus bruscas palabras. Pero ella también le hará bien bajándole los humos de vez en vez; y siempre que lo haga con humor, tampoco lo lastimará demasiado.
Y si mamá dice algo agradable, Leo podrá estar seguro de que realmente lo siente así, y se sentirá tocado en la fibra más sensible. En efecto: habrá peleas entre esta mamá y este niño tan vehementes; pero se olvidarán con las horas de diversión y los muchos momentos felices que Leo atesorará en la memoria.
