El bebé Piscis parece la criatura más angelical del mundo, con su piel traslúcida y sus ojitos fulgurantes.
No parece preparada1 para enfrentarse a las duras realidades de la vida, y en efecto, al principio no lo estará. Necesitará caricias tranquilizadoras y susurros que aumenten su confianza, una presentación dulce y amable a la vida en la tierra.
Protéjala de los ruidos y haga de su cuna un lugar todo lo confortable y bello que pueda; aunque ella seguramente querrá meterse en su cama para estar más cómoda; y otras veces se retirará a un mundo propio de lana y algodón donde la vida le resulte fácil.
En esos casos, no la haga volver demasiado rápido a la realidad; pero tampoco la mantenga arrebujada y mimada para siempre. Piscis necesita salir al ancho mundo por etapas si quiere estar lista para la escuela.
Esta niña sabe que utilizando su encanto siempre tendrá a la gente de su lado, pero puede volverse tímida y apegarse a mamá ante la presencia de algo nuevo.
No se preocupe ni la fuerce antes de que esté lista. Ella puede parecer reservada pero usted pronto descubrirá que tiene mucho amor y calidez para ofrecer. Permítale ser ella misma y gradualmente crecerá en fuerza y en confianza.
