Papá Aries deberá andar con cuidado con su hija Piscis, porque ella regará el suelo con lágrimas si la trata con dureza. Los súbitos accesos de cólera de papá tal vez no significarán nada para él, pero Piscis se sentirá herida hasta la médula y su confianza quedará hecha añicos cuando papa grite.
Papá tendrá que darle caricias y seguridad sin cuento: Piscis necesita saber que la quieren, que verdaderamente es una más de la familia; y también necesita una orientación firme, pero amable; así que papá deberá vigilar su carácter para no ser demasiado despótico o autoritario.
Aries siempre mira alegremente el lado brillante de las cosas, pero Piscis sueña, se preocupa y cavila. Este activo papá siempre está preparado para la acción, y no puede entender que Piscis se base en sentimientos y emociones cuando toma una decisión. Todo eso le resulta demasiado vago y descontrolado. También le molestan las pequeñas mentiras de su hija, aun cuando ella diga verdades a medias sólo para evitar problemas. Directo él mismo como una flecha, este papá piensa que todos los demás deberían ser tan francos como a él le gusta ser.
Los dos son muy diferentes. Papá tiene energía a raudales y se queda despierto hasta pasada la medianoche, mientras Piscis se retira pronto a dormir. Ella no es deportista como él y preferiría pasar su tiempo libre pintando o aprendiendo a tocar un instrumento musical.
Papá Aries quiere que su hija triunfe y anhela esparcirse bajo los focos de la gloria; pero tendrá que aceptar que la niña Piscis puede tener objetivos muy diferentes de los suyos. La ambición despiadada de papá no va con ella y es posible que esta niña imaginativa e intuitiva termine siendo una artista y no una ejecutiva de alto nivel. Pero al menos será feliz y hará lo que le gusta.
Aries y Piscis pueden ser muy diferentes, pero con afecto y respaldo, papá Aries ayudará a su hija a volverse más fuerte, decidida y capaz de defenderse. Y aprenderá una lección de amor de su cariñosa hija Piscis.
