La mujer Piscis 2

La mujer Piscis dará todo su corazón a sus hijos, salvo esa gran porción que reserva para ti. Los amará a todos, pero tendrá cierta preferencia por los más feos, más débiles, más pequeños o enfermizos. Solo una estrella de cine nacida bajo este signo es capaz de hacer caso omiso de los rollizos bebés llenos de hoyuelos para adoptar al niñito lisiado y de ojos asustados. Las mujeres regidas por Neptuno son las que pueden demostrar mayor capacidad para entender la timidez de los niños y los sufrimientos del crecimiento de las torpes chiquillas adolescentes. Una madre Piscis teje sobre cada cuna la leve telaraña de mil sueños. Sacrificará cualquier cosa para que sus hijos tengan todo lo que ella no pudo disfrutar de niña. Es posible que sea demasiado tolerante con ellos; se le hace difícil imponer disciplina, y hay que hacerle comprender que la falta de firmeza puede ser tan negativa como el desapego y el descuido. En cierto modo, es una forma de descuido dejar librados a sí mismos a esos caracteres jóvenes que necesitan de una firme guía hasta que aprendan a nadar solos. Si peca por exceso de blandura, explícaselo con bondad, que Piscis lo entenderá sin amargura y empezará a usar alguna vez la zapatilla. Pero son muchas las mujeres de Neptuno que consiguen hallar un justo medio entre el rigor y la bondad, y sus vástagos dan testimonio de ello.

Trae a casa los garbanzos y el vino. Lo más probable es que prefiera no entrar en la competencia brutal del mundo comercial, a menos que tú tengas la imperiosa necesidad de que lo haga. Ya tuvo bastante de eso (si es una neptuniana típica) durante el tiempo que trabajo para esa gran empresa tan enmarañada, en espera de que tú vinieras a rescatarla. Algunas mujeres Piscis, aunque no todas, son a veces un poquitín derrochonas. Tal vez necesite que la ayudes a comprender por que el balance del banco no coincide con el que ella hace en sus talones, que parecen escritos en sanscrito. Así y todo, sabrá arreglárselas cuando la necesidad la obligue a renunciar a su champán favorito para limitarse a la leche descremada.

Piscis escucha al océano, porque el océano le dice cosas. En medio de la ciudad, sigue oyendo como las ondas de Neptuno susurran a su corazón mas cosas, tal vez, de las que ella quisiera saber. No pases por alto su cumpleaños o vuestro aniversario de bodas o el día en que le declaraste tu amor, porque ella no los olvidará. Me acordaré siempre de la amiga Piscis con la que iba a la escuela, en West Virginia. Era menuda, de largo pelo oscuro y en sus ojos de un color castaño verdoso brillaban las extrañas luces de Neptuno. De entre varios hombres, eligió para casarse a un gran astro del fútbol; fue una fuga totalmente inesperada. Recuerdo que ella le preguntó por que se le había declarado; sentía curiosidad. “Bueno –caviló él–, fue una cosa rarísima, pequeña. Ese día yo no tenía la menor intención de declararme. Estábamos en el parque, cerca de la piscina. Las chicas que estaban ahí tendidas al sol tenían el pelo todo mojado de nadar, y se las veía acaloradas y transpiradas. Tú estabas ahí sentada debajo de un árbol con un vestido de encaje blanco, y se te veía tan fresca y tan diferente de las otras. Parecías… bueno, yo diría que parecías una mujer. Ese es el sutil secreto de las mujeres Piscis. No importa que Piscis obedezca a la llamada de Neptuno como monja en un convento o como ronca cantante en un club nocturno; siempre es una mujer. De pies a cabeza. Cien por cien.

Signo Piscis