El empleado Sagitario

Encontrará usted muchos empleados que, cuando les diga la cantidad de dinero que pueden ganar trabajando un año con la empresa, además de los incentivos financieros que ésta ofrece después de cinco años de servicios, se mostrarán muy interesados. Su empleado Sagitario, no. A él le fascina mucho más lo que va a pagarle usted ahora… hoy. Mañana ya está bastante lejos, pero el año próximo es impensable, y cinco años son la eternidad. Eso es dinero en el aire y lo que a él le interesa es el auténtico efectivo. Lo que suceda mas adelante queda librado a los dioses. Sagitario arrojará los dados y confiará en la suerte: lo más probable es que los dioses le sonrían.
Tener a Sagitario en la oficina es una delicia. Es posible que de vez en cuando se le caiga una pila de carpetas o que derrame el café sobre la correspondencia lista para despachar, pero ¿que importancia tienen esas pequeñas torpezas en alguien tan alegre y bien dispuesto? No es quejoso ni llorón; adopta una actitud positiva, tan entusiasta y optimista como era usted mismo cuando entró en la empresa, ¿recuerda? La diferencia esté en que él seguirá siendo así hasta que se jubile; eso es parte de su naturaleza. Es posible que algo de eso se le pegue a usted, y quien sabe si el Arquero no llegará a iluminar un poco ese oscuro rincón donde perdió usted sus ilusiones, de manera que pueda volver a pulirlas y ponerlas otra vez a prueba.
Sagitario jamás hace las cosas a medias. La única decisión que le cuesta tomar es la del matrimonio, pero en todo lo demás es bastante rápido. Es claro que hay algunos arqueros con ascendente Tauro o Capricornio que se mueven con más cautela, pero no es que sean lentos, ni en el terreno mental ni en el emocional. Normalmente, el Sagitario típico le llevará la delantera, y no tendrá sin duda el menor inconveniente en hacérselo notar: la humildad no es uno de sus atributos más conspicuos. Suele recubrir con un tenue velo de modestia el orgullo de su ego, pero atisbando por debajo de él, verá usted una persona que confía en sí misma y está generalmente muy satisfecha de sí. Alguna que otra vez puede sentirse inseguro, en asuntos del corazón, pero ¿a quién no le sucede?
A veces puede parecer indiferente y descuidado, pero no por eso se deje usted llevar del grave error de subestimar la relampagueante intuición de Júpiter y sus no pocas veces brillantes procesos mentales. Habrá veces en que usted no tenga idea de adónde va, ni de dónde ha estado, y otras en que se preguntara si de veras es tímido o si simplemente está ganando tiempo para esos planes que está cocinando en la olla a presión de su mente. En otros momentos no le quedará ningún margen para la duda; será tan directo que le dejará espantado con su franqueza. Poco habrá de pequeño en sus gestos, sus ideas o sus acciones. Los errores que comete son grandes, enormes, y de apuestas enormemente desiguales obtendrá descomunales ganancias.
La curiosidad de Sagitario puede ponerle a uno los nervios de punta. Jamás se quedará satisfecho con recibir instrucciones, querrá saber cual es el porque de sus órdenes y la razón de sus métodos. Si considera que su lógica es razonable, no le escatimará su aprobación sincera, pero de lo contrario, es probable que sea usted quien se acobarde ante su evaluación igualmente franca de los fallos que el Arquero encuentre en sus procedimientos. Eso, antes que usted eche mano de todos sus talentos y se enoje. Lo primero puede ser una precaución muy necesaria cuando se trata con Sagitario, pero enojarse es un lamentable desperdicio de adrenalina, porque son muy pocas las personas capaces de enfurecerse con el Arquero. Es de esos seres a quienes uno quisiera azotar y besar al mismo tiempo, pero como eso es imposible (lo primero está excluido si es su secretaria, y lo segundo si se trata de su encargado de ventas), es preferible que no lo piense mas.
La mayoría de los empleados Sagitario no se ruborizan cuando se reconocen sus méritos; les encanta el aplauso. En cambio, es posible que usted se ruborice por ellos, cuando empiezan a jactarse de sus talentos y capacidades. Uno de los pequeños lunares de Sagitario es su alegre disposición a comprometerse para cualquier cosa –y, literalmente, el cielo es el límite– para después no llegar hasta el final porque el blanco estaba un poco mas lejos de lo que ellos habían calculado. Los de tipo mas recatado y discreto también tenderán, dentro de su estilo, a abarcar un poco mas de lo que pueden apretar, pero de todas maneras los de ambas clases pueden salir del brete con la frecuencia suficiente como para que uno se quede fascinado.

Son gente sobre la cual parece flotar, vigilante, la buena suerte de Júpiter. Reforzados ya de nacimiento por certeras corazonadas y percepciones impecables que les llevan a conclusiones lógicas, sus aciertos son mas frecuentes que sus errores. Si a eso le sumamos un poco de la suerte típica del signo, ya verá usted por que es tan frecuente que marchen a la cabeza de la columna. Un amigo mío me señaló últimamente algo que a él le parecía una excepción: una actriz Sagitario que desde hace años está buscando una oportunidad. Aunque actualmente parece que pasó la mala racha, esperó tanto tiempo y tuvo que esforzarse tanto para que la reconocieran, que mi amigo pensó que Júpiter la había abandonado. Pero el hecho de que tardara en llegar al estrellato no tenía nada que ver con el tipo de constante buena suerte que confiere Júpiter. Todo el mundo tiene algunos problemas con el momento en que se le dan las cosas.

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