Soñar con un domador o serlo uno mismo presagia éxito y triunfo, pero de poca duración y siempre que en la doma no ocurra ningún accidente, en cuyo caso auguraría un fracaso proporcional a la gravedad del accidente sufrido por el domador.
Suele ser bastante frecuente en la infancia y adolescencia, y en estos casos refleja la natural inquietud y afán de aventuras de dicha edad.
Cuando el sueño se produce en momentos difíciles de la vida del soñador, puede tratarse de un reflejo de la tensión anterior, de la necesidad de dominar pasiones internas de carácter contradictorio.
Suele ser bastante frecuente en la infancia y adolescencia, y en estos casos refleja la natural inquietud y afán de aventuras de dicha edad.
Cuando el sueño se produce en momentos difíciles de la vida del soñador, puede tratarse de un reflejo de la tensión anterior, de la necesidad de dominar pasiones internas de carácter contradictorio.
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