Hijo Tauro, padre Piscis

El amable papá Piscis tiene todo el tiempo del mundo para su pequeña Tauro. Le gusta descender a su nivel para participar en juegos infantiles, especialmente cuando se trata de pintar con las manos o hacer figurillas de plastelina. Comparte el gusto de su hija por tocar y manosear, ya sea una almohada mullida, una toalla sedosa o un gatito mimoso.

Su estilo imaginativo ayuda a Tauro, porque ella puede apartarse de su restringida opinión de la vida y vislumbrar más allá de su campo de visión, por lo general limitado a lo práctico y sensato, y estimular así su creatividad. Ambos comparten el placer por la buena mesa, así como la tendencia a aumentar de peso. Así que, ojo con los excesos alimenticios.

Papá cree que su hija Tauro es un poco intolerante. Se niega a hacer cualquier cosa que le parezca demasiado excéntrica o aventurera, y algunas veces Piscis abandonará la esperanza de entretenerla. Pero la admira por su determinación, paciencia y energía. También sabe que bajo esa apariencia dura late el corazón generoso, cálido y sensible de una niña muy cariñosa, si se le da la oportunidad de serlo.

Si la compara con él, papá Piscis la considera materialista: su hija parece valorar a las personas según lo que poseen, mientras él las valora por su imaginación, su espíritu libre y su creatividad.

Tauro parece obsesionada por el dinero y ambiciona ganarlo tan pronto como le sea posible, mientras a Piscis le resulta muy difícil tratar con algo tan mundano como eso, y no se esfuerza demasiado por asegurar su futuro. Piensa que el dinero vendrá por su cuenta y sólo se preocupa cuando comprende que no ha ganado lo suficiente.

Tauro se siente exultante cuando está rodeada por signos de riqueza, seguridad y confianza. Papá debería tener esto en mente y obligarse a reconciliarse con sus finanzas por el bien de su hija. Ella se siente en verdad desequilibrada si no está rodeada por signos manifiestos de estabilidad.

Esta niña también siente que su padre no se enfrenta a la vida de la misma manera que ella. Ella mira los problemas directamente a la cara y los supera a fuerza de obstinación; y su padre, por el contrario, tiende a bordear las dificultades y a evitar el combate.

Pero la niña Tauro reconoce la inspiración que papá Piscis lleva a su vida: sabe que no es bueno estar con los pies sobre la tierra durante todo el tiempo; y le agradece que de vez en cuando la ayude a despegar del suelo para volar un rato.