Al padre Virgo le gusta responsabilizarse de las situaciones y su hija Tauro disfruta de esa atmósfera de firme orden, en la que impera la rutina. Pero ocasionalmente, la obstinada Tauro se sentirá impelida a empecinarse y se negará a satisfacer los deseos de papá.
Nadie puede esperar que Tauro sea demasiado complaciente: la obstinación es rasgo esencial de su naturaleza. En esas ocasiones, papá deberá tener en mente que ella es básicamente una buena per-sonita, que está de acuerdo con sus ideas sobre modales, dinero, moral y trabajo arduo y anticuado.
Papá Virgo ve la vida de una manera tradicional, como su hija Tauro. Ninguno de los dos tiende a soñar mucho con el futuro, y ambos prefieren mirar atrás, hacia los buenos y viejos tiempos, desconfiando de las nuevas modas y las ideas innovadoras.
Virgo se esforzará por encontrar un buen colegio tradicional que le convenga a Tauro, que se beneficiará de una educación que incluye disciplina y buena cantidad de estudio sensato. Virgo también disfrutará enseñando a su hija Tauro, estimulando sus intereses y aceptando que no sea tan vital y expansiva como otros niños. La amará por sus cualidades de fuerza, confianza y valentía.
La pequeña Tauro cree que papá es maravillosamente inteligente, rápido en pensar y docto en el uso de las palabras. Pero algunas veces puede encontrarlo demasiado remilgado, obsesionado por la salud y esclavo de la perfección. Esto le parecerá un despilfarro de energía a la pequeña Tauro, que preferiría relajarse en vez de estar constantemente ocupada como su hiperactivo papá.
Pero ambos mantienen una relación alegre y amistosa, y se sienten cómodos estando juntos. Disfrutan de los paseos por el campo, de la comida sana, de leer buenos libros y de comprar objetos espléndidos. Pero Virgo es más ahorrativo que Tauro, y papá lo pensará dos veces antes de gastar dinero en algo realmente costoso. No le importará gastárselo en su hija, siempre que lo que compre tenga algún valor educativo.