La Rata es, ante todo, dinamismo, velocidad y habilidad en la lucha por la vida. Es sabiduría innata para conseguir lo que quiere, sin abrir el juego más de lo estrictamente necesario: mantiene bien al resguardo de miradas ajenas las claves secretas de sus éxitos.
Seducción y destreza para negociar son brillantes rasgos de los escurridizos roedores. Suelen poner su encanto al servicio del progreso material y esta tendencia genera una curiosa crítica: se dice de ellas que suelen obtener lo que desean con malas artes.
La vida contra reloj
Lo cierto es que las Ratas poseen, al igual que el animal que las representa simbólicamente, un instinto de supervivencia fuera de lo común, esto las lleva a realizar permanentemente un amplio despliegue energético.
Si no están constantemente buscando nuevas posibilidades, procurando ingeniosas soluciones a los problemas que encuentran a su paso, se sienten en peligro. Tienen que mostrarse a sí mismas que pueden enfrentar toda clase de desafíos.
Es por esta razón que no les resulta fácil distenderse.
En síntesis; si nos encontramos con una Rata tranquila y complaciente, sin lugar a dudas esta apariencia exterior no es sino una máscara, pues ellas jamás están quietas por dentro.
Escurridizas kamikazes
La Rata es tenaz y no se detiene hasta llegar donde quiere. Cuando obtiene lo que desea se vuelve temible, y que nadie se atreva a quitarle lo que para ella es un derecho de nacimiento porque habrá una lucha a muerte. Y esto último es casi literal. El temor no existe en su universo emocional, al menos no el temor a la lucha por la vida.
Quizás en relación al encuentro con los universos sensibles del alma, pueda llegar a mostrarse cobarde. Porque así como las Ratas son de expansivas y amigables en el ámbito social, se vuelven huidizas y distantes si se avecina el momento de estrechar vínculos.
En ocasiones también provocan la huida de los otros: son excesivamente sinceras y la imposibilidad de ocultar sus sentimientos y estados de ánimo suele traerles dificultades.
Dinero: ancla para un motor fuera de borda
Las Ratas no miden las consecuencias ni se preguntan sobre las opiniones de los demás.
Habita en ellas un impulso que las lleva irreflexivamente a ocupar las primeras filas en la lucha por la vida.
Extrema desenvoltura en lo exterior y una inconfesada inseguridad en lo interior: una alimenta a la otra y quizás en este juego de espejos y disfraces se oculte la clave de la tan mentada avaricia de las Ratas.
Aman ganar dinero, ya que constituye la prueba concreta de su generoso despliegue de energías; pero no les resulta tan fácil gastarlo.
Así de difícil como entregarse a estados de distensión, les cuesta comprender que pueden comprar bienestar, ocio y felicidad con el dinero.
Generoso torrente vital
Es injusto que el punto débil de un signo se transforme en la habitual descripción de éste. La avaricia es una tendencia negativa del espíritu, que trasciende por completo la descripción de cómo maneja determinada persona su dinero.
El avaro propiamente dicho es un ser mezquino y seco, cuyo único interés y ambición en la vida es acumular bienes en forma obsesiva.
Y de ningún modo podemos encasillar a la carismática Rata en una tal tipología humana. En cuanto a despliegue de energías, diversidad de intereses, expansividad, capacidad y eficiencia para el trabajo, probablemente no econtremos otro representante del horóscopo chino igual a ella.
¿Avaras o ávidas de éxito?
El verdadero talón de Aquiles de las Ratas es su desmedida codicia. Desean tener un absoluto dominio sobre los demás y para lograrlo no dudan en desplegar su inagotable voluntad.
En el mundo de los negocios, con frecuencia sufren derrotas que habrían evitado con sólo retirarse a tiempo de una contienda.
Pero su avidez, no tiene límites. Quiere conseguir todo, cueste lo que cueste, y sin demoras.
A la larga suelen tener éxito en lo que se proponen gracias a su increíble poder y rapidez de adaptación, y a su habilidad para encontrar soluciones inteligentes ante las dificultades.
Trabajadora incansable
Independiente y muy competitiva, la Rata prefiere trabajar para sí misma. Le molestan los colegas y los superiores, ya que es demasiado autosuficiente como para discutir una decisión.
Las mejores profesiones para ella son todas aquellas que requieran de un elevado caudal de energía, audacia y tacto. Se destaca en las relaciones públicas, las ventas y los negocios.