Suele aparecer en nuestros sueños, pero casi siempre como un complemento.
Cuando es el centro de nuestros pensamientos, se presta a múltiples interpretaciones.
Si hablamos de un sol radiante, sin la presencia de nubes, es un signo favorable que augura éxitos en las diversas facetas de la vida.
Si lo vemos en el cénit, nos dice que nuestros proyectos se verán cumplidos en toda su amplitud y que nos esperan buenos tiempos para las relaciones.
Cuando lo vemos ocultarse, es señal de que algo va a acabarse; en diferentes situaciones, esto puede ser buen o mal augurio. Los eclipses auguran fallecimiento o graves enfermedades.
Ver el sol en posiciones extrañas o haciendo un recorrido anormal es de mal agüero, sobre todo para las personas a las que estimamos.
Cuando es el centro de nuestros pensamientos, se presta a múltiples interpretaciones.
Si hablamos de un sol radiante, sin la presencia de nubes, es un signo favorable que augura éxitos en las diversas facetas de la vida.
Si lo vemos en el cénit, nos dice que nuestros proyectos se verán cumplidos en toda su amplitud y que nos esperan buenos tiempos para las relaciones.
Cuando lo vemos ocultarse, es señal de que algo va a acabarse; en diferentes situaciones, esto puede ser buen o mal augurio. Los eclipses auguran fallecimiento o graves enfermedades.
Ver el sol en posiciones extrañas o haciendo un recorrido anormal es de mal agüero, sobre todo para las personas a las que estimamos.
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